El expresidente Ernesto Zedillo estará en la Ciudad de México el próximo 15 de septiembre, será el orador inicial de la conferencia anual de una asociación internacional, por coincidencia fue el que mandó a su casa a todos los ministros de la Suprema Corte de Justicia y no se dijo nada en esa ocasión cuando el Poder Ejecutivo mandaba sobre los otros poderes el legislativo y judicial.
Los corrió a todos y lo único que pidieron fue su liquidación.
Eso ocurría en el pasado y no hubo ningún comentario y mucho menos un paro de labores y marchas de protesta. Ahora que la ley lo exige el pueblo el que se proponen estos cambios, los neoliberales están molestos cuando todo lo aceptaban de un presidente priista.
Por cierto, el coordinador parlamentario Adán Augusto decidió que hoy se realizara la votación de los legisladores sobre la reforma judicial y entregar el acta de defunción de la Suprema Corte.
Las bancadas progresistas de Morena y aliados están seguras que será aprobada a pesar de los 43 senadores de la oposición se comprometieron a votar en contra. Si uno de ellos no cumple su palabra y vota a favor o deja de asistir a la sesión, la mayoría calificada es un hecho.
Les gusta a los neoliberales conservadores que los exhiban.
De acuerdo a las dos terceras partes de los 128 senadores suman exactamente 85.33, cuando las decimales son menores a la mitad de un punto, la cantidad se cierra hacia abajo en este caso sería 85 que es el número que ya cuentan los morenistas.
El presidente López Obrador ya empezó la mudanza de Palacio Nacional a su rancho en Palenque y cualquiera podía pensar en muebles o ropa, para él lo más importante son los libros y piensa llevarse 150 que son suficientes para tres años.
Ya lo comentó Maquiavelo que su retirada sería de un trienio y hay que esperar cuales son sus planes para el resto del sexenio de su sucesora la doctora Claudia Sheinbaum.
Poco se sabía de la actual presidenta de la Suprema Corte de Justicia Norma Piña que había ocupado el último lugar en desempeño en la terna que había propuesto el entonces presidente Enrique Peña Nieto para suceder a la ministra Olga Sánchez Cordero.
El año pasado intentó ser presidenta del Consejo de la Judicatura y después de tres rondas de votación no pasó, pero lo alcanzó de tal suerte que no llegó por capacidad sino tuvieron que meterse políticos influyentes para que pudiera entrar en la mafia nepotista del Poder Judicial.
Se ha convertido en una operadora política que por capricho la han llevado a históricos niveles de enfrentamiento con los otros dos poderes del Estado y lamentablemente tuvo que enseñar el cobre.
Ahora se saca de las mangas de su blusa dos consultas para que la SCJN tiene facultades para dictar medidas cautelares que suspendan el proceso legislativo y se otorguen garantías a los trabajadores del Poder Judicial en el caso que fueran afectados.
Ahora tratan de conceder amparo a varios jueces para que el caso de que la reforma judicial sea aprobada a estos miembros judiciales no sea afectado en sus intereses particulares.
La reforma judicial pasará tal como lo planeó el presidente Andrés Manuel López Obrador. A menos que se quiera traicionar lo que anhela el pueblo de México.