Desde su llegada al Hospital Regional de Alta Especialidad de Veracruz como director, Hugo Enrique Reyes Devesa sabía que se había sacado la rifa del tigre. Sus últimos tres antecesores, fueron “renunciados” por acumular señalamientos relacionados con la Torre Pediátrica y deficiencias en los servicios de salud.
Ahora él transita por el mismo camino, aunque la diferencia es que su caída puede ser precipitada, ya que llega a un momento más que complicado para el Hospital Regional, en donde la suma de carencias y vicios hacen más complicado recomponer el rumbo, sobre todo si no existe voluntad, como parece ser el caso.
Tres hechos para exhibir el hervidero que hay en este centro hospitalario. El más reciente fue la cancelación de cirugías por falta de aire acondicionado, ocurrido el martes 13 de junio. Trabajadores filtraron reportes en los que se constaba que ese día había 15 cirugías programadas, pero al no tener las condiciones se determinó cancelarlas.
Las fallas en el sistema de aire acondicionado en el Regional no es algo nuevo, se arrastra desde hace varios meses, por la falta de mantenimiento, y ha afectado no solo en los quirófanos, alcanza también el área de quemados.
Un día antes de este “inconveniente”, el 12 de junio, se dio a conocer en los pasillos del área de gobierno del Hospital Regional de Veracruz, que este inmueble había perdido el derecho a renovar la certificación que brinda la Red de Evaluación y Acreditación de la Calidad Federal.
Lo anterior debido a que la directiva no entregó la documentación requerida en tiempo y forma; además, de que no se corrigieron varias de las fallas en los servicios, que habían sido detectadas con anterioridad. Ese día, el personal que acudiría dar su visto bueno para la certificación, prefirió no molestarse en llegar.
Y ni modo, la responsabilidad es ya directamente en el director, Hugo Enrique Reyes Devesa y la Administradora, Marcela Yáñez Tapia, quien lo acompaña como mano derecha y quien parece inamovible, mientras los directores caen uno tras otros.
Yáñez Tapia ha sido señalada en los últimos meses por presuntos actos de corrupción, violencia laboral por el personal de limpieza, haber permitido que la exadministradora Claudia Isabel Aguilar Arauz fuera intervenida en el nosocomio, haber vendido archivo muerto y chatarra sin permiso del Congreso del Estado, entre otras cosas.
Sobre este tema de la certificación, habrá que estar atentos, ya que se trata de un requisito que establece el Plan Anual de Acreditación y como pasó en tiempos de Javier Duarte, este gran hospital podría perder dicho reconocimiento nuevamente.
Por si lo anterior no fuera poco para el director, jefes de servicios amagaron con presentar su renuncia esta misma semana. Señalan que la llegada de Hugo Reyes prometía un cambio de rumbo en la administración del hospital y ha ocurrido lo contrario.
Trabajadores, a través de redes sociales y mediante un audio, aseguran que se viven momentos obscuros dentro de la institución de salud, situación que pone en riesgo la unidad, la cooperación y la calidad de los servicios.
Hugo Reyes tiene un mes en el cargo y seguro el tiempo para recomponer el camino, pero si no hay voluntad, su destino estará más que cantado.
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