Concientizar sobre equilibrio de poderes es fundamental

Con el inicio de año, es importante cuestionarse sobre la importancia del equilibrio de poderes ¿y cuantas y tantas veces hemos escuchado el reiterado discurso respecto del tema? y más aún cuando se trata de promesas de campaña. Es ahí donde el tema resuena con más fuerza, lamentablemente se dice por decir, porque en los hechos la realidad se impone, frente a los intereses por centralizar el poder.

Y es que, el equilibrio de poderes es una condición elemental de los regímenes constitucionales; pero a pesar de ello, aun cuando las leyes lo contemplan y regulan, su observancia es una tarea muy complicada si no se tienen agentes políticos responsables y autoridades comprometidas con el Estado de Derecho.

Quizás lo más complejo sea comprender que el equilibrio de poderes permite una sociedad donde existe respeto al estado de derecho, pues lo contrario nos llevaría a una anarquía destructiva de la cual difícilmente hay vuelta de hoja y donde los libros relatan historias de crisis democráticas donde las consecuencias para la sociedad civil fueron devastadoras.

Y es que, en un estado de derecho, donde el equilibrio de poderes es una realidad, las funciones de los distintos órganos de gobierno deben ser delimitadas conforme a ley, siendo obligación de las autoridades cumplirlas: Constitución (norma suprema), leyes ordinarias aprobadas por el Poder Legislativo (órgano representativo de la población) y los reglamentos (provenientes de la administración pública).

Tristemente, la experiencia demuestra que el poder siempre será una tentación, y el poder absoluto la mayor ambición para corromperse, de ahí las historias catastróficas donde el poder solo lo quiere ejercer un hombre y que se cumpla a cabalidad su determinación, omitiendo la libertad e independencia que debe existir entre el poder legislativo y judicial, quienes gozan de autonomía plena, en beneficio de la ciudadanía.

Una de los máximos legados de Montesquieu ha sido la división del poder gubernamental en tres instancias diferentes: el poder ejecutivo, representado en México por el presidente de la República, el poder Legislativo, que tiene como representantes al Congreso de la Unión, formado por los Diputados y Senadores y finalmente el poder Judicial, representado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los tribunales que de él dependen.

En México siempre se ha pregonado esta división tripartita y la autonomía de cada una de sus partes en el ejercicio de gobierno y decisión del país; sin embargo, la realidad es que, la percepción general sobre la independencia de cada poder, se ha puesto en duda siempre. Es aquí donde las cifras se hacen importantes.

Y es que por ejemplo, en México, el 79% de la población afirma que los tres poderes tienen la misma importancia y dentro del 21% restante, el 46% considera que el más relevante es el Ejecutivo y el menos el Judicial (21%). Si bien la opinión generalizada es que son igual de significativos, también la percepción de dominio de cada uno de los Poderes es diferente. El ejecutivo es percibido como el más poderoso (57%), mientras que el Legislativo tiene una valoración del 27% y el Judicial del 15%.

De manera general, se percibe una debilidad del poder judicial y el legislativo frente al poder ejecutivo. El 76% de las personas considera probable que el Ejecutivo interfiera en los otros poderes; 72% ve probable la injerencia del Legislativo en los demás poderes, mientras que la interferencia del judicial sería del 68%. Con lo anterior, es claro que las personas valoran la independencia y autonomía que teóricamente debe existir entre los tres poderes, pero en la práctica no es percibida por los mexicanos, llegando al grado de que, el 82% de los entrevistados consideran probable que uno de los poderes busque imponerse sobre los otros dos.

Luego entonces es tarea de todos replicar la importancia del equilibrio de poderes, la democracia y el estado de derecho, de lo contrario, los riesgos pueden ser peligrosos, por ello, con la llegada de 2024, estos temas deberían ser considerados de urgente atención.