La omisión de las autoridades en Veracruz para sancionar el maltrato animal es un tema que debe ser abordado con urgencia. La Ley de Protección Animal existe, pero su aplicación es mínima, permitiendo que la crueldad y el maltrato animal sigan sin castigo.
La falta de castigos ejemplares y la omisión de la Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales y contra los Animales (FEDAYCA) y de las áreas municipales de medioambiente y protección animal son un claro ejemplo de la impunidad que prevalece en la entidad.
Es inaceptable que solo se haya registrado un caso de justicia en los últimos tres años, el de “Viejto Lindo”.
Es hora de que las autoridades tomen medidas efectivas para proteger a los animales y sancionar a quienes incurran en maltrato y crueldad. La aplicación de la ley y la imposición de castigos ejemplares son fundamentales para erradicar esta problemática.
La mala práctica ya no perdona ni a los adultos mayores, pues ahora están siendo víctimas de estafas utilizando unas supuestas pensiones del Bienestar.
Los nada qué hacer dedican su tiempo para visitar a abuelitos inscritos en el programa federal para engañarlos con supuestas despensas a cambio de proporcionar sus datos personales, cosa en la que puede caer este sector.
También llegan con el pretexto de cambiarles el plástico por uno nuevo, situación que oficialmente no se hace de manera domiciliado y sin convocatoria previa.
La dependencia en Veracruz exhorta a los adultos mayores beneficiarios a no caer está trampa que solo busca robar los datos personales, así como el dinero de las cuentas.
Al parecer, muchos abuelitos se están poniendo abusados, pues ellos mismos son los que han reportado estos casos, ya que se les hace extraño.
Basta recorrer algunas avenidas de la conurbación Veracruz y Boca del Río, para ver el anarquismo con el que se conducen los choferes del transporte urbano.
En cualquier calle que se le ocurra de ambos municipios, obviamente en las rutas oficiales de los autobuses de pasajeros, se podrá apreciar y contabilizar decenas de conductores que violentan por completo el reglamento de tránsito y transporte.
Autobuses que se no respetan la señal de alto en los cruceros ya ni qué decir de la señal preventiva con la luz ámbar, sino el alto total. “Se llevan” como se dice, los semáforos, rebasan a velocidad inmoderada a los autos particulares y para variar, si es un pasajero y más estudiantes y de la tercera edad, difícilmente se paran si no ven varios usuarios porque por uno “no conviene”.
Sobre la avenida Urano por ejemplo, como ejercicio de observación ciudadana, solo hay que ver como de diversas rutas los choferes cometen todos estos atropellos, una arteria plagada de tráfico desde las 7 de la mañana o antes y de población estudiantil que también va de un lado a otro y tienen que correr cuando ven los monstruosos camiones que amenazan con no frenar para darles tiempo a cruzar la avenida.
Mientras tanto, los responsables de vigilar a estos cafres, no lo hacen porque están infraccionando o “mordiendo” taxis o particulares que llevan un artículo sobre el toldo de sus coches y esto es infracción al reglamento, o porque si van en contra de los choferes de autobuses es solo para la “mordida” lo que permite que sigan actuando como si nada, dentro de la selva de cemento.