Mucho se ha dicho de un posible acuerdo político o pacto entre el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares y su familia con el gobierno de la 4T, tanto estatal como también se ha mencionado que a nivel federal con la ayuda de algunos intermediarios, para conservar la impunidad con la que han reinado por años, al menos poco más de dos décadas.
Algunos no creen en la existencia de dicho pacto, pero otros dicen fundamentar su existencia en la sospechosa retirada que el clan ha hecho para no participar en las elecciones estatales, quienes se han cansado de decir que están perdidas, porque Morena sea quien sea el candidato, va a continuar gobernando en Veracruz.
Lo cierto es que los Yunes este fin de semana lanzaron otro mensaje, un tanto diferente de lo que mucho se ha especulado. La senadora panista Indira Rosales, quien trae tatuada la marca Yunes, fue a recibir al aeropuerto de Veracruz a su homóloga con licencia, Xóchitl Gálvez, hoy aspirante a la presidencia y quien seguramente competirá en las elecciones del 2024, y a la que desde ese momento acompañó y se trepó en su gira por el estado.
Con ello quedó claro, pues que los Yunes están siendo desafiantes, si existiera dicho acuerdo para la impunidad del jefe de la familia, Miguel Ángel Yunes Linares, ya que el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador ha aceptado que existen denuncias en el ámbito federal, es decir, la FGR, contra el exmandatario.
El propio tabasqueño se ha encargado de decir que es precisamente esta instancia con la autonomía que le confiere el marco constitucional la que habrá de proceder o no en contra del expriista y expanista, por las posibles anomalías cuando fue director del ISSSTE y cuando fue gobernador.
Se le agrega además que en Veracruz puerto el exalcalde Fernando Yunes Márquez, hijo de éste, también tiene denuncias penales -así pareciera- emanadas de las auditorías realizadas por el Orfis y de donde se dictaminó responsabilidad del munícipe en el presunto daño patrimonial durante su gobierno (2018-2021) contra el Ayuntamiento por más de 50 millones de pesos. Denuncias que se encuentran en la Fiscalía y tampoco han procedido.
Pero en política es un hecho que no se puede jugar con Dios y con el Diablo. Y parece que la experiencia de los Yunes azules se está dejando de lado o simplemente les está ganando la soberbia y el engrandecimiento político que les caracteriza para retar al sistema en turno, dando su respaldo a la que ahora, es la principal adversaria y figura antagónica de López Obrador.
Los Yunes, pues, se la juegan con Xóchitl Gálvez como la más aventajada representante del bloque opositor para la candidatura presidencial. Aseguran que, primero los Yunes acordaron, fieles a su estilo, con Santiago Creel quien era el visible futuro abanderado del Partido Acción Nacional, pidiéndole que a cambio de no disputar la gubernatura que las posiciones en el Senado fueran para Enrique Cambranis y Anilú Ingram, pero al ver que es Xóchitl con quien deben negociar, han dado un viraje, y ahora la propuesta cambia para que rumbo al senado sea Miguel Ángel Yunes hijo y/o en su caso, la esposa de éste, la alcaldesa Patricia Lobeira Rodríguez, dejando fuera de la jugada al panista de antaño, Cambranis.
Los Yunes le apuestan a su inteligencia y a la novatez, quizá, de los que tienen enfrente como es la 4T. Pues parecen jugar con una carambola de tres bandas.
Por un lado, dicen abrirse de la contienda para gobernador y con ello hacerle un gran favor a Morena, además de que en cualquier momento le meterán la zancadilla al senador panista Julen Rementería si es que este llega a ser el candidato.
Por otro, aseguran no interferir en el 2024 para gobernador, pero aparecen apoyando a Xóchitl Gálvez, con quien cuadrarán las posiciones al Senado.
Y Finalmente, también en ese doble discurso, se le entregan a las corcholatas de Morena cada vez que han venido al puerto. Ahí están las evidencias cuando la edil, Paty Lobeira y esposa de Miguel Ángel Yunes, estuvo en la presentación del libro de Marcelo Ebrard. Lo mismo se hizo presente con el senador Ricardo Monreal. Y como ya se escribió en este espacio, el actor en mención, el exalcalde de Boca del Río, sostuvo una reunión con el aspirante morenista, Adán Augusto para ofrecerle todo lo que estuviera en sus manos, durante su visita y como operación política. Es decir, le han ofrecido lo mismo a todos.
Los analistas políticos se cuestionan. Y se preguntan si con estas acciones este clan es digno de que se les crea.
Los Yunes; pues con melón y con sandía. Con el PAN y con Morena.
En medio de este chaqueteo político, el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, el secretario de Educación, Zenyazen Escobar, el delegado de Bienestar, Manuel Huerta, el propio subsecretario de Sefiplan, Eleazar Guerrero, tendrán que poner muy en claro, cómo jugarle a los de enfrente.
Si los siguen perdonando y entonces, en la contienda por el Senado, se las verán verdes ya que el oficio político, las tretas y enjuagues, acompañan a los Yunes. Y si no, solo basta echarle un ojo a los últimos resultados en las elecciones para senador y la misma, con la que perdieron en el 2018 frente a Cuitláhuac García.
Si estos personajes morenistas se quieren confiar podrían pagar muy caro su error y se podrían quedar chiflando en la loma.
Su única esperanza podría ser interpretar la razón por la que el presidente López Obrador sigue manteniendo vigente en las Mañaneras el nombre de los Yunes y sus deudas pendientes con la justicia.
Pareciera, en astucia y colmillo del tabasqueño, que le sube y baja la intensidad al tema, según le parezca. Y también que no los ha desaparecido en el radar. ¿Será que está esperando el mejor momento para que se les aplique la justicia a los malos manejos que desde hace años realiza el jefe mayor del clan?
De ser así, hay una razón poderosa. El electorado recordará con mayor fuerza un golpe electoral de este nivel conforme más cerca esté de los comicios. Y por tanto mayores dividendos podrían tener para Morena y la 4T en materia político-electoral.