Desde el siglo 19 la ciudad de Veracruz tuvo presencia de estatuas que en algún punto respondieron o reflejaban las circunstancias del momento y aún sobrevive alguna.
Una de ellas es la escultura de La Caridad, llegada en 1860 desde Italia, para el Hospicio Zamora, explicó Ricardo Cañas Montalvo, investigador en temas históricos.
De hecho, ha llegado hasta la época actual y permanece en los jardines del Registro Civil.
San Antonio de Padua también tuvo su escultura, en el Parque Obregón que se ubica en Mario Molina esquina Zaragoza. Por ser el santo patrono de las aguas se le colocó en una fuente pública y cada 3 de mayo se le hacía una misa para pedirle que nunca faltara el líquido.
En el año 1904 se introdujo el agua entubada por bombeo en Veracruz y se retiró la escultura; un tiempo permaneció en el Recinto de la Reforma, pero en los años 60 también la quitaron de ahí y al parecer hoy en día está en resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, no en exhibición.
Aquí en Veracruz hubo una glorieta muy bonita que se encontraba en Díaz Mirón y Juan Enríquez, allí en el siglo 19 se colocó una estatua a La Libertad: era la forma de una mujer que tenía una mano levantada, no sabemos si tenía una espada en esa mano, y la mano izquierda la tenía hacia abajo, sosteniendo un escudo.
Por ese motivo a lo que hoy es Díaz Mirón se le llamó el Paseo de la Libertad. Lamentablemente esa estatua la derribó el ciclón del 29 de septiembre de 1926: se cayó y se rompió, no sé si era de mármol pero se rompió y ya no fue sustituida. Eso fue en septiembre de 1926.
En 1928 fallece Salvador Díaz Mirón y el ayuntamiento decide que la avenida se llame Salvador Díaz Mirón, por el poeta.
Foto: Acervo del Gobierno del Estado de Veracruz / Fototeca de Veracruz.