La pandemia por covid han dejado como secuela psicológica un detonante al suicidio, pues los ataques ansiosos, depresivos y trastornos mentales que habían estado dormidos en las personas, han generado un despunte radical, principalmente en la depresión y la ansiedad que son los que llevan al intento de suicidio y al suicidio consumado en estos tiempos, mismos que han elevado casi un 50% la tasa de suicidio anual en México en 2020, coincidieron los médicos con especialidad en psiquiatría, Julissa del Rosario Ibáñez Ruela y Mario Ortiz Rovirosa.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía registró en el 2019, 60 suicidios: en edad de 10 a 14 años, 9 suicidios y de 15 a 25 años, 51 suicidios. Mientras que en el 2020 fueron 84 en las mismas edades, por lo que el índice del aumento anual es del 7.69 por ciento. En lo que va del año a nivel nacional, los suicidios en México llegaron a ser 5,190 en la última estadística: 4201 varones y 989 mujeres, la mayoría prefirió el mes de mayo, la minoría, febrero.
Los expertos en el tema reconocieron que esta afectación ataca a toda la población en general, desde jóvenes hasta adultos mayores, sin embargo, en cada grupo de edad los motivos y síntomas varían.
Ortiz Rovirosa, también especialista en psicoanálisis, explicó que en las personas de la tercera edad, la soledad y abandono es el principal detonante; pierden el interés y dejan de comer, hasta fallecer.
“En el caso de la gente de mediana edad, los motivos por lo general son problemas económicos. El adulto recurre al suicidio para eliminar los estresores y “huir” porque el estrés que estamos viviendo hoy es avasallante, en todos lados vivimos socialmente agresividad, incertidumbre, no sabemos qué vamos a vivir dentro de un mes, no tenemos la certeza de una estabilidad”, enlistó.
Agregó que por su parte los más jóvenes, con esta pandemia que obligó a la familia a estar más cerca, se percataron de su soledad, porque los padres están sumergidos en los teléfonos y computadoras, ignorándolos por completo.
Ibáñez Ruela, quien además es especialista en psicoterapia, reconoció que existe un miedo generalizado entre la población, lo que se llama pánico social.
“La sociedad vive un pánico social, casi una ansiedad colectiva, la mayoría de las personas está muy desconfiada ante los hechos violentos que estamos viviendo, que lo vemos a nivel mundial, con el conflicto entre Rusia y Ucrania. Todas las manifestaciones que hay en la mayoría de los países, y en la República Mexicana y esto hace que la gente esté muy temerosa y genere en ellos este temor, este aislamiento. Hay personas que tienen terror de salir a la calle y cualquier detonación, incluso de cohetes, piensan que son de arma de fuego, esto está llevando a las personas a un pánico y temor extremo, incluso a realizar sus actividades diarias”, señaló.
El confinamiento no ayudó
El confinamiento ocasionado por la emergencia sanitaria, trajo consigo la exacerbación de los rasgos de personalidad, puntualizó la doctora.
“La gente se volvió más agresiva, más irritable, se aisló más y esto provocó en las personas síntomas ansiosos, se volvieron más desesperados, más huraños, más inquietos, más intolerantes y esto a su vez trae consigo la violencia, primero verbal y luego la física. También las autolesiones, hay personas que empiezan a lastimarse ellos mismos y finalmente empiezan a lastimar a los demás. Estas autolesiones inducen al intento de suicidio y finalmente el suicidio”, lamentó.
Suicidios en adolescentes
El doctor Mario Ortiz Rovirosa, recordó que Veracruz, hace aproximadamente 10 años tuvo el primer lugar en la República Mexicana en suicidios en adolescentes, ahora estamos en tercer lugar.
“Los chicos de hace 10 años son diferentes a los de hoy, los jóvenes de hoy intentan suicidarse de una forma menos sentimental, pareciera que con menos dolo, con un menor deseo de llamar la atención porque la intención suicida es llamar la atención, y es más alto el índice entre las mujeres que los hombres”, indicó.
Agregó que el joven de hoy que está entre los 10 y 13 años habla del suicidio como algo tan general, como algo sin importancia y algunos de ellos, más que intentarlo, sí llegan a suicidarse y aparentemente no sin una gran emotividad, sin una causa, no dejan a veces ni una carta y todo está por causas como reprobar en la escuela.
“Lo que vemos aquí en la consulta, es un vacío emocional y existencial, en conclusión, el joven de hoy se intenta quitar la vida porque se siente muy solo y está solo y el hecho de quitarse la vida simplemente es no transitar con esta insoportable sensación de estar solo y estar acompañado por objetos, por imágenes, por sensaciones que le generan lo virtual, lo que es el internet, lo que es la soledad”, expuso.
Señaló que, en el fondo, el chico de antes o el adulto se quitaba la vida por soledad, frustración y el joven de hoy lo hace por lo mismo, pero con menos significado psicológico, simplemente no quiere vivir y ya, ya se aburrió de vivir esta vida tan vacía, con poco contacto físico por parte de los padres, con ausencia de cariño.
“El chico que se suicida hay algo de venganza, en decir, tú no me hiciste caso, ahora vas a cargar con la culpa de que yo me quité la vida porque tú no me hiciste caso. En el fondo es una forma de reclamo intenso, quien se suicida deja una herencia de suicidio a los hermanos, a los padres una marca muy fuerte”, aseguró.
Síntomas de alerta
Los especialistas subrayaron que las señales de alerta en una persona que podría realizar suicidio están en el cambio de conducta, de hábitos alimenticios, de aislamiento, de cotidianidad, hablar de muerte, de suicidio, de alguien que sí lo hizo, preguntar qué se sentirá morirse y en las familias en donde todavía hay preceptos religiosos o valores, preguntar si es verdad que cuando uno se quita la vida se va al infierno.
“Tiene que haber una actitud de aislamiento afectivo, que no quiera socializar, a quien se le vea una franca apatía, que haya desánimo, en el caso de los jóvenes que haya irritabilidad, conductas desafiantes, hay un síntoma que se llama anhedonia, que es la incapacidad de disfrutar de lo que antes les era placentero, son personas que se vuelven apáticos a todo, dejan de comer, de dormir o a la inversa, pueden estar comiendo y durmiendo mucho”, aclaró la doctora Julissa del Rosario.
Recomendaciones
Ahora que la familia está un poquito más unida, se debe de observar más, para tratar de ser preventivos ante la sintomatología explicada.
Los especialistas coincidieron en que la familia comparta actividades recreativas, tratar de salir de la rutina, que es lo que está llevando también a la detonación de los trastornos mentales como la ansiedad y la depresión, que son el camino al suicidio. Y cuando se detecta hay que buscar atención inmediata con el especialista indicado.
Finalmente invitaron a tomar conciencia de que la salud mental es prioridad, pues conduce a tener trastornos de la salud física, por lo que hay que cuidarla, con buenos hábitos de higiene del sueño, actividades recreativas, con actividades físicas para prevenir enfermedades como la ansiedad y la depresión.
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