Durante el gobierno de Felipe Calderón, Veracruz se convirtió en un feudo de las operaciones del crimen organizado, en particular, del Cártel de Sinaloa y La Familia Michoacana. El ex presidente y Genaro García Luna no solo toleraron sino que, según testimonios, facilitaron actividades del narco en la región.
La Familia Michoacana encontró espacio para expandirse en el sur de Veracruz con la aquiescencia de las autoridades.
La relación ambigua entre políticos y criminales habría contribuido a una espiral de violencia, asesinatos y corrupción en la entidad. De acuerdo con J. Jesús Lemus, escritor especializado en temas de seguridad, narcotráfico y ambientales, existen evidencias que vinculan a Felipe Calderón y Genaro García Luna con distintas organizaciones criminales en el estado de Veracruz, entre ellas el Cártel de Sinaloa y La Familia Michoacana.
‘(Felipe Calderón) es un payaso, un farsante, un mentiroso. Estuvo plenamente enterado de las relaciones que tenía su hermana Luisa María con Servando Gómez Martínez (La Tuta) y que, ojo, desde aquellos tiempos en que Felipe Calderón fue candidato a la gubernatura de Michoacán (en 1995), recordemos quién era el jefe de su seguridad personal: era un agente de investigación en seguridad nacional que se llama Genaro García Luna... Y esa gente que trabajaba con él, así por debajito del agua y que tenía su cargo en la Ciudad de México, se desplazaba a Michoacán para hacerse cargo de la seguridad de Felipe Calderón. Eso fue lo que lo llevó (a García Luna) a ser el jefe de seguridad de su gobierno’, detalló, J. Jesús Lemus.
En la presidencia de Felipe Calderón, estas relaciones se habrían intensificado, permitiendo operaciones en diversas entidades, incluyendo Veracruz. El resultado fue un aumento significativo de la violencia, con numerosas víctimas y una población sumida en el temor constante.
En un episodio fuertemente difundido, Calderón anunció la supuesta muerte de Nazario 'El Chayo' Moreno, líder de La Familia Michoacana. Sin embargo, J. Jesús Lemus sugirió que Moreno simuló su muerte, utilizando la fotografía de otra persona.
Incluso afirma que 'El Chayo' continúa vivo, desafiando las afirmaciones oficiales del ex panista y de Enrique Peña Nieto.
El testimonio de J. Jesús Lemus también reveló intentos del gobierno, encabezados por García Luna y el intermediario 'El Grande', de establecer un diálogo con líderes criminales.
Fueron tantos los compromisos de Calderón Hinojosa con grupos del crimen que perdió la gobernabilidad y paz del Estado mexicano.
J. Jesús Lemus relató que los primeros convocados a una narcocumbre por Felipe Calderón y Genaro García Luna, con ayuda de Sergio Villareal Barragán, ‘El Grande’, operador de Los Beltrán Leyva, fueron Jesús Méndez Vargas, el ‘Chango'; Servando Gómez Martínez, la ‘Tuta'; Nazario Moreno González, El ‘Chayo', cabezas de la Familia Michoacana.
Ismael Zambada García, el ‘Mayo'; Juan José Esparragoza Moreno, El ‘Azul', y Joaquín Guzmán Loera, El ‘Chapo', del Cártel de Sinaloa.
Después, Heriberto Lazcano (el ‘Lazca’) y Miguel Ángel Treviño Morales (el ‘Z-40'), entonces jefes de Los Zetas; Vicente Carrillo Fuentes (el ‘Viceroy’) y Vicente Carrillo Leyva (el ‘Ingeniero’), hermano e hijo, respectivamente, de Amado Carrillo Fuentes (el ‘Señor de los Cielos’), que lideraban el Cártel de Juárez; Eduardo Costilla Sánchez (el ‘Coss’) y José Antonio Cárdenas Martínez (el ‘Contador’), del Cártel del Golfo; y, finalmente, Luis Fernando Sánchez Arellano (también apodado el ‘Ingeniero’) y Enedina Arellano Félix (la ‘Narcomami’), cuyos liderazgos se concretaron al frente de los Arellano Félix.
Por los Beltrán Leyva, aseguró el ‘Grande’, estaba dispuesto a acudir Héctor Beltrán Leyva, el ‘H’, pese a que las fuerzas federales habían matado a mansalva a su hermano Arturo Beltrán Leyva, el ‘Barbas’, en un supuesto intento de captura registrado en Cuernavaca, Morelos, la tarde del 16 de diciembre de 2009, cuando este fue entregado a la Marina por parte de Édgar Valdez Villarreal, la ‘Barbie’, a cambio de un supuesto acuerdo que le permitiría establecer su propio cártel.
Casi todos los que recibieron la invitación de Calderón Hinojosa y García Luna respondieron afirmativamente, reveló J. Jesús Lemús.
Heriberto Lazcano habló en nombre de Los Zetas, sin hacer ningún ofrecimiento de entrada. En una conversación telefónica, le manifestó al ‘Grande’ su voluntad de reunirse “el día y lugar que se dispusiera” con los otros jefes de los cárteles y con los representantes del gobierno federal. Y le solicitó que en la reunión únicamente estuvieran quienes tomaran decisiones.
Agregó que no estaba dispuesto a tener que esperar días a una respuesta para hacer valer los acuerdos. El ánimo del ‘Lazca’ —relató Villarreal Barragán— cambió totalmente cuando supo que en esa reunión estaría el propio presidente de México (Felipe Calderón): “Entonces cuenta conmigo”, mencionó el jefe de Los Zetas.
García Luna estuvo informado paso por paso de la reunión encomendada al ‘Grande’, lugarteniente de los Beltrán Leyva. Incluso, por disposición del titular de la SSP, se le envió un millón de dólares a cada uno de los jefes de los cárteles que aceptaron sentarse al diálogo, “como una muestra de agradecimiento por la contestación, y como una cortesía para que cada uno de los interesados organizara su propio esquema de movilización
La intención de buscar acuerdos para pacificar el país nunca tuvo sede debido al arresto del emisario del gobierno, Sergio Villareal Barragán, alias 'El Grande', quien fue detenido por la DEA.
Las acciones generaron controversias y cuestionamientos éticos sobre la estrategia gubernamental en materia de seguridad y narcotráfico durante el mandato de Felipe Calderón.