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Mientras los gobiernos promueven campañas que presentan a sus estados como los más seguros las cárceles en México continúan siendo epicentros de corrupción, impunidad y violencia, denunció la activista Jackie Campbell.
Durante una charla en la Unidad de Servicios Bibliotecarios e Información de Ixtaczoquitlán, junto a Raúl Vera, obispo emérito de Saltillo, Campbell lamentó que los gobernadores inviertan en publicidad para maquillar la realidad de sus prisiones, cuando estas están lejos de ser modelos de justicia.
La gente cree que la delincuencia está encerrada en los penales, pero la verdadera corrupción está en quienes manejan las cajas chicas y se benefician de este sistema, expresó.
La activista denunció que las familias de los internos son las que realmente sostienen a los reclusos, costeando artículos básicos como papel higiénico, jabón, comida y ropa, sin importar si la persona es culpable o víctima de un encarcelamiento injusto.
Uno de los casos que ejemplifican la falta de control en las cárceles, dijo, es el de una joven víctima de feminicidio cuya familia habría conseguido, años después, que el presunto responsable fuera asesinado dentro del Cereso mediante sobornos a comandantes, ya que cabía la posibilidad de que el hombre saliera libre.
Campbell también criticó la constante propaganda de alcaldes y gobernadores que buscan proyectar una imagen de estabilidad.
"Nos dicen que todo está bien, que estamos en el mejor lugar, pero esto es solo una campaña para justificar su gestión y dejar su nombre en alguna obra pública", concluyó.
Pese a este panorama, destacó la iniciativa de algunos reclusos que han encontrado en la escritura una forma de sobrellevar su situación y compartir sus experiencias.