Lo ocurrido el pasado domingo no se puede dejar de mencionar, el ver a los líderes nacionales de los partidos de oposición, Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano anunciando que su candidata Alejandra del Moral, quien estaba al lado de los directivos nacionales, agradecía al pueblo del Estado de México haber votado y darle el triunfo para la gubernatura de la entidad que tiene el mayor padrón electoral del país.
Al terminar su discurso sonriente empezaron a gritar los presidentes jubilosos ¡Gobernadora!, ¡Gobernadora!, sabiendo que se trataba de una gran mentira, ya que las encuestas de salida mostraban horas antes que la persona que lleva la delantera era la maestra Delfina Gómez de Morena, que obligó a la propia candidata priista reconocer por la noche que había perdido.
Da vergüenza que sean los principales protagonistas de estos procesos electorales hacer de forma pública el mayor de los ridículos.
También es justo reconocer que el candidato de Morena, quien niega su primer nombre, Santana Armando Guadiana era un pésimo candidato, una persona llena de complejos y cuya personalidad no trasmitía ninguna simpatía. No se quitaba el sombrero porque tenía pavor de que vieran que estaba calvo y no mencionaba su verdadero nombre por el recuerdo que tiene la figura de Antonio López de Santa Anna, el expresidente que vendiera más de la mitad del territorio nacional.
Se olvidaron los del partido “Juntos Haremos Historia” que ya no figuraba en la boleta el presidente López Obrador, que hacía ganar gubernaturas, senadurías y diputaciones a políticos impresentables que no merecían ningún reconocimiento popular.
Esto se debe tomar muy en cuenta en las elecciones federales que se celebrarán en menos de un año, que no será fácil para la izquierda, al carecer de una gran figura como lo es el político tabasqueño, quien provocó en el 2018 todo un tsunami al atraer millones de votos, como ocurrió en Veracruz donde se rompió el récord por el número de sufragios a favor de Morena.
Si no se cuenta con buenos candidatos para las elecciones federales puede suceder lo que paso en Coahuila donde barrieron a todos los aspirantes de los partidos de la alianza con la verdadera izquierda.
Estos mismos líderes partidistas que realizaron el grotesco ridículo dieron hoy un ultimátum al exgobernador de Veracruz, Dante Delgado Rannauro, coordinador nacional del partido Movimiento Ciudadano para que se una en alianza con ellos, como si fueran los dueños del quehacer político del país, cundo el propio alvaradeño ha manifestado que ni a la esquina quiere ir con el PRI.
Ya lo había manifestado en una mañanera el presidente López Obrador que tenía pendiente el caso de los Yunes y ante la apatía del gobierno estatal tuvo que intervenir la Auditoría Superior de la Federación para poner la denuncian del fraude de más de mil millones del sistema de video vigilancia realizado durante el gobierno de Miguel Yunes Linares ante la Procuraduría General de la República, no lo hizo en el estado consciente que no se tomaría en cuenta. Ya lo comenta Silverio Quevedo en su columna “En la Mira”, que el anterior auditor del Orfis, Lorenzo Antonio Portilla, había sido perseguido y amenazado si les daba curso a dichos actos legales.
Hay diversas versiones sobre el destino que llevaron estas acusaciones, lo único cierto es que tuvo que actuar el gobierno federal para que no hubiera impunidad sobre este hecho.