Que el pasado viernes en la sede de Poder Judicial se reunieron los Presidentes de Sala que integran el Pleno, encabezado obviamente por la magistrada presidenta, Doña Isabel Ines Romero Cruz -a quien por cierto aseguran los mismos togados, cada vez la ven más cansada- para cumplir con la resolución de fondo del amparo que ordenó reinstalar al magistrado Roberto Dorantes Romero, resolución que se dictó a mediados del mes de mayo con el expediente de amparo 402/2019.
Y es que al Poder Judicial no le quedó de otra que reinstalarlo a pesar de que se negaban, pues evidentemente se le informó a Doña Inés que de no hacerlo incurría en el delito de desacato y entonces sí a la cárcel e inhabilitada. Lo preocupante de la reunión del pleno del viernes es que se cumplió con la reinstalación en lo general y el magistrado ya se puede dar el gusto de informar que nuevamente está, pero la gran pregunta es ¿Dónde? porque resulta que no lo adscribieron a ninguna sala.
Es decir, no le asignaron ninguna oficina y los mismos empleados se preguntan cómo van a justificar su pago si a la fecha no cuenta con un área asignada, porque ni de visitador lo mandaron y es que resulta, esto ocurre, porque no saben qué hacer con la magistrada que protestó en su lugar, Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre de quien en el fallo del amparo sí fue aclarada su situación, pues ahí se dijo que su nombramiento quedaba sin efectos es decir, que la reinstalación de Dorantes implicaba un “que te vaya bien magistrada, porque hay que reinstalar al magistrado”.
Evidentemente queda claro que la magistrada tendría a salvo sus derechos para ampararse y pelear por un cargo por el que protesto y que inconstitucionalmente se presume irrenunciable. Aquí lo relevante es que el Pleno del Poder Judicial no sabe qué hacer y evidentemente no hay intención de remover a Lisbeth pero resulta que entonces se meterán en un problema severamente administrativo, económico y obio legal, como si no fuera suficiente con los que ya tienen.
Tal vez ello no les preocupe mucho, porque la “flamante” directora de administración JoanaMarlen Bautista Flores, -que ya aparece hasta en la sopa, pues gusta de los reflectores sin cuidar las formas y sin respeto alguno por la autonomía del Poder donde labora- asegura que ya la crisis económica por la que atravesaba dicho Poder esta resulta, por lo tanto, los recortes salariares de los magistrados quedaran sin efecto para el próximo enero de 2022.
Que por cierto hubo magistrados que, a pesar de venir de casa, es decir de Morena, pues fueron nombrados con el visto bueno del Gobernador Cuitláhuac, decidieron promover amparos para que el recorte del 20 o 30 por ciento de su salario durante 2021, no afectara su aguinaldo, como es el caso de Sergio Jiménez Maraboto ¡Qué tal con los magistrados nombrados en la época morenista que de plano no lo quieren entrar a la austeridad! ¡Ver para creer!
Por ahora tan relajados andan todos, que adelantaron sus días festivos de navidad y fin de año y fuera del calendario oficial, decidieron emitir una circular informando que el ultimo día laboral será el 10 de diciembre ¡dicen que ya andan muy agotados, pero no por trabajo, sino por tanto escándalo y que se van 5 días antes de lo habitual!
Mientras tanto habrá que ver lo que ocurre con la adscripción de Dorantes, a quien no le dieron oficina y por ahora, la magistrada sigue operando como si nada pasara. Por ahora los rumores están a la vuelta de la esquina por supuestos cambios que se avecinan, mientras personajes como la Directora de administración Joana sale más en la foto que la misma presidenta, hecho inédito pues aseguran los empleados de dicho Poder que nunca un Director de administración se atrevió a brincar a sus jefes, pues esa posición ha sido siempre reservada y de rendición de cuentas al Presidente.
Tengan ustedes extraordinaria semana, por acá nos leemos el próximo lunes y ya les platicaremos de las comparecencias que concluyen el próximo 13 de diciembre con el Gobernador, que más allá de un acto de rendición de cuentas, han sido para muchos Secretarios escenarios de protagonismo y mecanismos para mostrar su popularidad rumbo a la adelantadísima carrera gubernamental, ¡uff!.