El Día Internacional de Oposición a los Alimentos Transgénicos se creó el 8 de abril de 2006, por iniciativa de cien organizaciones internacionales ubicadas en más de 40 países. Su finalidad es divulgar los efectos nocivos de los cultivos y alimentos transgénicos en la salud humana y el medio ambiente.
Los alimentos transgénicos, también conocidos como Organismos Genéticamente Modificados (OGM) son aquellos alimentos producidos a partir de un organismo modificado, gracias a la ingeniería genética y la biotecnología vegetal.
Entre los cultivos de OGM se destacan: maíz, soja, canola, papas, tomates, arroz y algodón. Otros ejemplos de alimentos transgénicos son los siguientes; carnes, aspartame (compuesto transgénico utilizado como sustituto del azúcar) y leche.
En México, el maíz es considerado patrimonio biocultural de los mexicanos, desde las civilizaciones prehispánicas su distribución ha brindado seguridad alimentaria, generando una cultura agrícola y culina-ria, que persiste hasta la fecha.
Por lo que, en nuestro país, se publicó un decreto presidencial sobre maíz genéticamente modificado (GM) a finales de 2020, donde se estipulaba su prohibición en las dietas de los mexicanos. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que las semillas transgénicas pueden contaminar las variedades nativas de México y ha cuestionado su impacto en la salud humana.
El gobierno mexicano, ante la presión de Estados Unidos, cambió el decreto en febrero de este año. El nuevo decreto eliminó el plazo para vetar al maíz transgénico para alimentación animal y uso industrial, y solo prohíbe el maíz transgénico utilizado para masas o tortillas.
Opositores y autoridades coinciden en que se desconoce el efecto real de los transgénicos en el maíz me-xicano.
Para este efecto, es necesario conocer los beneficios y las desventajas que representan. Por ejemplo, uno de los grandes beneficios de la modificación genética de los alimentos es que crecen de manera más rápi-da, poseen mayores propiedades nutricionales y pueden ser mucho más resistentes a los ataques de pla-gas.
Por otro lado, las desventajas que se le atribuyen a los alimentos transgénicos son más relacionadas a la salud, al cuidado de los suelos y al desplazamiento de la agricultura tradicional.
Enmedio de este debate, es preciso mencionar que más del 90 por ciento del maíz en las tortillas y un 82 por ciento de las botanas de todo el país, es transgénico, probablemente a que importamos casi el 90 por ciento del maíz amarillo, siendo
Estados Unidos el principal proveedor, país en donde cultivar maíz transgénico es una práctica común.
Cualquiera que sea la explicación detrás del maíz y otros productos transgénicos en México, es un debate complejo, es necesario encontrar un equilibro, para que en nuestro consumo de alimentos puedan inte-grarse ambos, para obtener los beneficios y ventajas de uno, sin tener que comprometer aspectos cultura-les, ecológicos y de salud del planeta entero.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo