Entre claroscuros, las estrategias electorales en el proceso actual en México, deberá llegar a sólo dos vertientes a desglosar, para bien y para mal de los mexicanos.
En este intríngulis al estilo napoleónico tiene que ver la verdad o falsedad de los grupos de poder derecha e izquierda en una histórica disputa.
De los que pretenden retornar al poder después de los más de noventa años de dolor en contra de la población y de la demolición que hicieron de las instituciones públicas, además del modelo de injusticia en contra de la gente del pueblo que por décadas sufrió del abuso de poder, corrupción e impunidad, el veneno del que México se liberó el 2 de julio de 2018.
La guerra será de Morena y el PAN como verdaderos jefes de los grupos en una auténtica batalla electoral al estilo de la Segunda Guerra Mundial entre Los Aliados y los países del Eje.
En un mar infestado de tiburones de la política y en la verdadera disputa entre dos mujeres presidenciables como son Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, estará en el escenario político una tercera opción o tercera vía al estilo de la tesis de Porfirio Muñoz Ledo, el del tercero en discordia con Dante Delgado y el Partido de Movimiento Ciudadano.
En el terreno real de la política actual pareciera una guerra entre millonarios y el pueblo. Entre los que pretenden regresar al poder y no para regresar lo que se robaron.
En el pueblo reivindicado por Morena y sus aliados al final del túnel existe una luz por la continuidad de lo que ha sembrado la Cuarta Transformación, una lucha por rescatar para el país de todo lo malo que se hizo en los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña.
Con la entrada de Dante Delgado por la lucha presidencial, las fuerzas se equilibran en favor de la izquierda y con eso está dicho todo.
Pero, aquí no hay treguas, descanso o relax a todo animal político, sino la opción ganadora será la que haga menos errores de cálculo en la dimensión de las estrategias aplicadas en donde nadie puede confiarse a las mentiras de las encuestas y sondeos de opinión.
Por eso, la decisión final de triunfo de las alianzas tiene que ver con el discurso y el uso de la comunicación política como la principal herramienta vital. La definición de la victoria estará en el correcto uso de la comunicación política y no en el método antiguo priísta del acarreo político con todo y las fallidas operaciones políticas del pasado de la maestra Elba Esther Gordillo.
Y aquí como diría el famoso Catón, el que entendió, entendió.
O como diría don Rubén Pabello, “y tú qué opinas Josefina”. Y más claro aún, como decía don José Pagés Llergo, si el chocolate se hace con cacao, los periódicos, se hacen con periodistas.
En pocas palabras las campañas políticas se estarán realizando al estilo americano con mensajes auténticos, serios y que realmente convenzan a la población para convocar a votar a jóvenes y mujeres, principalmente.
Lo demás es lo de menos, trabajadores y gente del campo, también estarán ciertos de que quieren lo mejor para sus hijos, mujeres y sus familias.
Nada tendrá que ver con falsos escenarios del Arte de la Guerra de Sun Tzu por el contrario la gente quiere mensajes reales y convincentes. “Ahí estará el detalle”.
Por eso, la balanza ganadora se inclinará hacia la alianza que use menos pillos e indeseables de la actividad política en sus filas, algo de lo que está cansada la gente. Así las cosas.