El manejo de políticas públicas erráticas, implementadas por quienes llegan al poder sin contar con la experiencia suficiente para gobernar bien, ni tienen la más remota idea de cómo evitar problemas innecesarios, incluso frecuentemente provocados por ellos mismos, hace que todo termine enredándose, afectando a la nación.
Menciono esto porque la política migratoria de México ha sido un verdadero desastre, no solo en este sexenio sino también en el anterior.
Por andar de queda bien y presentarse como líderes de países más atrasados que el nuestro, actuando como candil de la calle y oscuridad de su casa; el gobierno mexicano permitió el acceso descontrolado a nuestro territorio de cientos de miles de inmigrantes, tal vez millones, procedentes de otras naciones, quienes pretendían llegar a los Estados Unidos atraídos por el llamado sueño americano.
Incluso de manera irresponsable se les ofreció empleo y servicios de salud a quienes llegaran a suelo mexicano, cuando ni siquiera hay empleo suficiente ni servicios médicos decorosos para nuestros propios compatriotas.
El gobierno mexicano también de manera populista llegó a ofrecerles transporte y extendió permisos para que los migrantes cruzaran nuestro país sin ningún impedimento legal.
Esto animó a multitud de personas a arriesgarse y recorrer como pudieron miles de kilómetros para llegar a la línea fronteriza con la unión americana, saturando las ciudades mexicanas colindantes con el vecino del norte, provocando un enorme caos en esa zona y causando el enojo de nuestro principal socio comercial, el que por cierto nos compra el 80% de nuestras exportaciones.
Lo que tenía que pasar pasó. Estados Unidos endureció su política para no dejar entrar a su territorio a quienes carecieran de visa y amenazaban con volverse un serio problema. Muchos migrantes quedaron varados en México, sin empleo y sin tener dónde vivir. Como por aquí llegaron y muchos ingresaron ilegalmente a los Estados Unidos a través de México, ese país simplemente nos los está devolviendo y obligándonos a recibirlos.
Hay por esa razón un enorme caos en la frontera norte. Los grupos delictivos secuestran migrantes forzándolos a trabajar para ellos o incluso pidiendo rescate por liberarlos.
Me parece extraño que muchos migrantes, no todos lo aclaro, traen tenis buenos, celulares y dólares suficientes para pagar polleros que los crucen del otro lado, por lo que al parecer no son precaristas, sino más bien personas atraídas por una nación donde las oportunidades de desarrollo, crecimiento y seguridad superan las existentes en sus propios países.
Si bien hay algunos migrantes que llegan en forma pacífica a la frontera sur de México, otros lo hacen de manera agresiva, entrando en tumulto y a la fuerza, derribando cercas, exigiendo acceso a México y agrediendo a la policía o al personal de migración.
¡Qué necesidad teníamos los mexicanos de vernos envueltos en semejantes conflictos!
Los actuales gobernantes ya se van el próximo año, pero nos van a dejar un enorme problema de muy compleja solución que lamentablemente ellos mismos contribuyeron a crear.
Como muchos de los actuales políticos son de izquierda, le reclaman al gobierno estadounidense por no dejar entrar a los migrantes, pero no le dicen absolutamente nada a los gobernantes izquierdistas de las naciones que acabaron con la libertad y la economía de sus respectivos países, expulsando a los habitantes de su propia patria al no haber creado las condiciones necesarias para que sus connacionales tuvieran una vida digna.
Esto es como el mundo al revés.
¿No les parece a Ustedes?
Muchas gracias y buen de semana.