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La reciente afiliación del senador veracruzano Miguel Ángel Yunes Márquez al partido Movimiento Regeneración Nacional ha provocado expresiones de rechazo en el ámbito político local.
Yunes Márquez ha sido una figura polarizante en el escenario político, especialmente en Veracruz, donde ya fue alcalde, diputado y candidato a gobernador.
Su decisión de unirse a Morena fue recibida con desconfianza y rechazo por diversos sectores, incluyendo a miembros de su antiguo partido, que cuestionan su congruencia.
La noticia de la afiliación de Yunes Márquez a Morena no pasó desapercibida. Su decisión ha sido calificada como un acto de "oportunismo político" por parte de sus detractores. Muchos ven en este movimiento una estrategia para mantenerse vigente, más que un genuino cambio de convicciones ideológicas.
Dirigentes y militantes de Morena expresaron su descontento con la llegada del senador expulsado del PAN. Le acusan de ser un "cameleón político" que ha cambiado de colores partidistas según le conviene. Esta percepción no es nueva; al contrario, las críticas sobre su desempeño han sido constantes.
En términos generales, el paso de Yunes del PAN a Morena puede calificarse de muchas formas, menos de tener un trasfondo ideológico. El senador habría negociado su cambio de camiseta con la cúpula morenista.
El problema es que ni la dirigencia nacional de Morena ni el coordinador de su bancada en el Senado, Adán Augusto López, midieron la avalancha de críticas y el rechazo en el plano local. Esas voces fueron encabezadas por la gobernadora Rocío Nahle, quien pidió a la dirigencia de su partido reconsiderar la decisión de abrir la puerta a Yunes: "pido a la comisión de honestidad y justicia de @PartidoMorenaMx que NO acrediten la membresía como integrante de MORENA a Miguel Ángel Yunes Márquez, por no representar ni contar con los postulados del movimiento de regeneración. ¡¡Los militantes de Veracruz merecen respeto!!"
Al igual que para la gobernadora, para muchos simpatizantes de Morena, este tipo de afiliaciones representan un retroceso.
A la mandataria estatal le secundaron la dirigencia estatal del partido, el grupo legislativo en el Congreso local y la bancada de diputados federales veracruzanos, así como la senadora Raquel Bonilla, entre muchos otros, quienes parecen decididos a impedir a toda costa la llegada de este personaje a la 4T.
La afiliación de Miguel Ángel Yunes es, sin duda, un tema que seguirá generando controversia en las próximas semanas. Mientras que algunos podrían argumentar que su ingreso al partido es una muestra de que Morena es un partido incluyente, otros lo ven como una clara señal de que el partido está dispuesto a sacrificar sus principios con tal de consolidar su poder.
En un país donde la desconfianza hacia la clase política es cada vez mayor, movimientos como este solo refuerzan la percepción de que, en la política, los principios son negociables; y las lealtades, efímeras. La pregunta que queda en el aire es: ¿Están en Morena dispuestos a pagar el precio de perder su esencia con tal de ganar adeptos, a través de alianzas con personajes impresentables?
@luisromero85