Parte de las crisis que se viven hoy en las instituciones, se puede observar en la decadente autonomía, en la colaboración pasada confirmábamos el arribo de la magistrada Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre como presidenta del Poder Judicial de Veracruz, una institución que en aquella entidad se ha visto sumamente afectada por la intromisión del titular del Poder Ejecutivo.
Con el gobierno de Cuitláhuac García no ha sido la excepción, recientemente con la magistrada Isabel Inés Romero Cruz, quien el pasado 30 de noviembre dejó la Presidencia al concluir su periodo ampliado, pues a pesar de cumplir 70 años y obligada al retiro, pidió el apoyo del mandatario para que el Poder Legislativo le otorgara dispensa y poder así retirarse hasta estas fechas.
El 1 de diciembre a temprana hora como aquí lo señalamos, el pleno del Poder Judicial, integrado por los presidentes de sala, eligieron a la magistrada Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre como presidenta por 3 años, con opción a 1 reelección; la expectativa era poca de los colaboradores, pero con la confianza de que las condiciones pudieran mejorar en Veracruz, en materia de justicia.
Lamentablemente propios y extraños quedaron perplejos cuando escucharon de la hoy magistrada expresar en su primer mensaje que seguirá la línea de la cuarta transformación, entre ellas, la austeridad “ello siguiendo los lineamientos o la postura que ya ha marcado nuestro presidente de la República, así como nuestro señor gobernador, de austeridad”.
Algunos dicen que al hablar de administración y austeridad lanzó un mensaje claro a la administradora del Poder Judicial que ha sido señalada de abusos y excesos al interior del Poder Judicial, Joana Bautista. Otros aseguraron que el mensaje fue dejar en claro cuál es su línea, derrumbando así la esperanza de retomar la autonomía al interior.
Lo que sí quedo claro, es que la magistrada no cuido las formas, como ya es costumbre en aquella entidad. Como lo dije en la pasada entrega, ahora habrá que ver, que más allá de su limitada autonomía, realmente mejoré las condiciones de aquel poder atropellado por la improvisación y la ignorancia palpable de quienes lo integran. La hoy presidenta tiene mucho trabajo, primero revisar la situación financiera y el estado que guardan los contratos con empresas que edifican las ciudades judiciales en aquella entidad, circunstancia que nos platican, tiene a ese poder en crisis financiera.
Y es que, a pesar de los 4 años transcurridos del gobierno de la 4T, las condiciones no cambiaron en el Poder Judicial y por el contrario pareciera continuar solapándole la corrupción de Edel Álvarez Peña. Mientras tanto, la prima hermana del Gobernador, Ailett García Cayetano, quedo fuera de la presidencia, pero con cierta influencia, pues además de fungir como presidenta de Debates durante la sesión donde se eligió a la magistrada Aurelia, hoy se sabe a impuesto al secretario de Acuerdos del Consejo de la Judicatura y quien venía fungiendo como director Jurídico de su hermana, Dorheny en la secretaría del Trabajo. Es decir, en el Poder Judicial, la familia García sigue más que presente y creciendo.