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Resulta preocupante la inestabilidad económica de México, porque las cosas no van nada bien, aunque la propaganda intente presentarnos un panorama color de rosa.
Un indicador entre otros es la creación de empleos que sigue siendo insuficiente. Tan solo en diciembre pasado se perdieron alrededor de 400 mil puestos de trabajo formales.
Nuestra economía sigue desacelerándose y el crecimiento pronosticado por diversos analistas para el 2025 es apenas del 1%, cuando el presupuesto aprobado por el Poder Legislativo se basa en un supuesto crecimiento del 3 % del PIB. Si éste no se alcanza, como parece que sucederá, tendrá el gobierno mexicano que pedir más dinero prestado, pero no para mejorar el sistema de salud, ni la educación y menos la infraestructura; sino para pagar los intereses de la enorme deuda que tenemos acumulada y para continuar pagando los llamados programas sociales que no sirven de gran cosa, porque mantienen a la gente pobre y conformista. Olvidan nuestros gobernantes que el mejor programa social del mundo es el empleo, no las dádivas.
Más bien dichos programas fueron diseñados para comprar conciencias, gratitudes y respaldos populares que tarde o temprano se convertirán en votos cautivos. Muchos electores son capaces de votar por quien les ordenen con tal de seguir recibiendo dinero regalado. Estas personas inclinarán la balanza a favor del partido oficial en futuras elecciones, a menos que la gente que sí trabaja y sí produce despierte y salga a votar.
Lo que ignoran quienes reciben ese dinero es que tarde o temprano deberemos pagárselo con todo e intereses a quienes lo prestaron.
Ese despilfarro sumado al derroche de recursos que existe en prácticamente todas las paraestatales por la ineficiencia, la corrupción y el burocratismo con que se manejan, hacen que el dinero público se tire a la basura
Adicionalmente continúa la amenaza de los Estados Unidos de imponernos aranceles al finalizar la pausa solicitada por el gobierno mexicano. Si llegaran a imponerlos se colapsaría nuestra economía en cuestión de días.
Por otro lado, se invita a empresarios nacionales y extranjeros a través de diversas reuniones, programas y foros a invertir en México para generar los empleos y producir los bienes y servicios que necesitamos, pero a pesar de las sonrisas y apapachos con que los invitados a dichos eventos posan para la foto, difícilmente habrá quien arriesgue su dinero invirtiéndolo en una nación donde la violencia no cede, la escasez de agua y energía eléctrica son una realidad y las carreteras existentes continúan saturadas y en condiciones precarias.
Tenemos también en contra la incertidumbre jurídica que genera la falta de respeto al estado de derecho, porque se modifica la Constitución a contentillo de quienes controlan el poder, sin escuchar ni tomar en cuenta a la ciudadanía ni a la oposición.
Está a punto de cometerse el atraco del sexenio a la subcuenta del INFONAVIT, que puede dejar sin recursos a millones de trabajadores. Ese dinero es de ellos no del gobierno. Para colmo de males también están planeando tomar los recursos del FOVISSSTE.
Como ya se gastaron el dinero del Fondo de Contingencia y el de los fideicomisos, muchos mal pensados creen que las reformas anunciadas tienen la intención de usar ese dinero para continuar derrochándolo en programas sociales que mantienen a la gente contenta, sin considerar que dejarán en la calle a quienes son los verdaderos dueños de esos recursos, es decir los trabajadores.
Si el Tren Maya, el AIFA, PEMEX, CFE, Mexicana de Aviación y la farmaciotota han sido un pésimo negocio, porque pierden muchísimo dinero, ¿quién nos dice que tendrá éxito la megaconstructora que piensa crear el gobierno?.
Si lo hace, desde ahora pronosticamos que será otra empresa perdedora. No puede el Estado Mexicano convertirse en constructor de vivienda si carece de la experiencia necesaria y además, no es su función. Por si fuera poco, todo lo que los políticos tocan se maneja con ineficiencia y opacidad, para dar asignaciones directas, no rendir cuentas a nadie y enriquecerse.
Aunado a lo anterior, si la destrucción del Poder Judicial continúa su marcha para sustituir a jueces, magistrados y ministros por personas sin experiencia alguna, escogidas a través de una tómbola, donde solamente participarán aspirantes cuya filiación política simpatiza con la 4T, la desconfianza será mayor y nadie se animará a invertir.
Para finalizar: Leer nos permitirá adquirir cultura y ésta resulta indispensable para entender que jamás podrá mejorarse la justicia en México si se elimina a los expertos y capaces, para sustituirlos por quienes el azar escoja mediante una tómbola, como las de la ferias de pueblo.
Tampoco olvidemos que para repartir la riqueza primero hay que crearla.
Si la política actual no se cambia para mejorarla, el futuro cercano del país es de pronóstico reservado.
¿No les parece a Ustedes?
Muchas gracias y buen fin de semana