A casi dos meses de que concluya la administración del gobernador Cuitláhuac García –el primer mandatario estatal surgido de Morena, encargado de construir el primer piso de la Cuarta Transformación en Veracruz–, el estado parece haberse detenido e inclusive retrocedido en el tiempo.
Y es que si el inicio de este gobierno morenista fue marcado con dos masacres en Minatitlán y Coatzacoalcos –la primera, el 19 de abril de 2019 con un saldo de 14 personas muertas, y la segunda el 27 de agosto del mismo año en el centro nocturno “Caballo Blanco”, donde 20 hombres y 10 mujeres murieron acribillados–, ahora, en el cierre sexenal, no cesan las ejecuciones, feminicidios y desapariciones forzadas.
Ayer martes, por ejemplo, fueron localizados los cadáveres de Hipólito Rodríguez Betancourt, director de Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Playa Vicente, y su padre Hipólito Rodríguez Sánchez, los cuales fueron “levantados” por hombres armados el pasado viernes al salir de unas carreras de caballos en Palma de Oro, congregación del municipio de Isla.
Sus cuerpos fueron abandonados en la entrada de la comunidad Cascajal, del municipio de San Juan Evangelista, sobre la carretera federal Sayula de Alemán–La Tinaja.
Se presume que se trató de una venganza por el aseguramiento de dos jaulas de ganado que se hizo la semana pasada en Playa Vicente al presidente de la Asociación ganadera Local del municipio de ciudad Isla, Ramón Martínez Tress, ex aspirante a esa alcaldía por Morena y presunto protegido de uno de los líderes delictivos de la región de villa José Azueta, Jacinto Rodríguez, jefe del grupo de “Los Piñas”.
El ganado, según versiones periodísticas, era propiedad de la mencionada organización criminal, lo que habría motivado la venganza contra el director municipal de Desarrollo Económico y su padre, quienes fueron privados de la libertad hace cinco días al salir de unas carreras en la comunidad de Palma de Oro, municipio de Isla, donde se encontraba el líder delictivo Jacinto Rodríguez, así como su gente, encabezados por Recsi Ramírez Merlín, “El Recsi”, su mano derecha, de los cuales se sospecha que estarían detrás de estos hechos de violencia.
Por mera coincidencia, anteayer, el periodista Filiberto Vargas, autor de la columna Punto de Vista, abordó nuevamente este delicado tema que conoce muy bien y apuntó hasta qué nivel de corrupción habría llegado:
“El truco era muy simple, y por ello pensaron que nadie lo iba a descubrir. *** Aprovechando que la organización de ganaderos de Playa Vicente no puede emitir aretes para los productores de su región, pues la actualización de su registro está en proceso, Ramón Martínez Tress, presidente de la Unión Ganadera Local de Isla, adquiría ganado de esa región y lo concentraba en un rancho que es propiedad de su socio (¿o cómplice?), el subsecretario de Ganadería en el gobierno estatal, Humberto Amador Zaragoza. *** En ese sitio les colocaban a las reses aretes que generaba la Unión de Isla, y de esa manera movilizaban el ganado y lo comercializaban, con el aval de una organización ganadera distinta al origen de cada animal. *** Fueron los propios productores de ganado de Playa Vicente quienes se percataron de esta irregularidad y lo primero que hicieron fue retener dos jaulas con animales criados en Playa Vicente, pero con aretes de Isla."