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Perder a un ser querido es una pena que todos hemos pasado o pasaremos alguna vez, y del mismo modo, son muchos los que después aseguran haber visto en sus sueños a una persona que ya no está con nosotros.
Soñar con un familiar o amigo fallecido suele ser una experiencia emotiva, especialmente al despertar, pero cuando ocurre con frecuencia o la aparición se siente demasiado real, es posible que el sueño esté relacionado con factores emocionales.
Desde la psicología, cuando un ser querido aparece vivo en los sueños, esto puede reflejar el deseo inconsciente de mantener una conexión con esa persona. En muchos casos, la mente busca revivir momentos compartidos, encontrar consuelo o incluso resolver asuntos pendientes que quedaron en el pasado, señalan especialistas.
Si en el sueño la persona fallecida actúa con total normalidad, como si siguiera viva, es posible que la mente aún esté procesando la ausencia. Los psicólogos explican que este tipo de manifestaciones oníricas pueden indicar resistencia a aceptar la pérdida o la necesidad de cerrar un ciclo emocional.
Quienes más frecuentemente protagonizan estos sueños son familiares cercanos como padres, abuelos o hermanos. Su presencia simboliza la necesidad de apoyo, protección o guía. Sin embargo, también pueden aparecer amigos, parejas o incluso figuras públicas con las que existió un vínculo emocional o de admiración.
En la mayoría de los casos, estos sueños forman parte de un proceso natural de adaptación a la ausencia. No obstante, si se vuelven constantes y generan angustia, los expertos sugieren buscar apoyo psicológico. Llevar un diario de sueños y practicar técnicas de relajación puede ayudar a comprender su significado y reducir su frecuencia.
Soñar con personas fallecidas no significa necesariamente algo sobrenatural, sino que refleja la forma en que la mente trabaja para afrontar la pérdida y continuar con el proceso de sanación emocional.