El alcohol, presente en celebraciones y reuniones sociales, puede transformarse en un riesgo significativo cuando se consume en exceso.
Aunque el consumo intensivo de alcohol solía asociarse con jóvenes universitarios, las tendencias actuales revelan que esta peligrosa práctica está en aumento entre los adultos de mediana edad, con consecuencias graves para la salud y la sociedad.
El consumo intensivo, conocido en inglés como high-intensity drinking, se diferencia del atracón de alcohol o binge drinking por la cantidad ingerida en una sola ocasión.
Mientras que el atracón se define como beber al menos cuatro copas para mujeres y cinco para hombres en unas dos horas, el consumo intensivo implica ocho o más copas para mujeres y diez o más para hombres en el mismo lapso.
Este patrón eleva la concentración de alcohol en sangre a niveles peligrosos, que superan el 0,2 %, aumentando el riesgo de lesiones, sobredosis y muerte.
Aunque el consumo intensivo ha disminuido entre los jóvenes, casi el 8,5 % de los encuestados entre 19 y 30 años reportaron haber bebido de esta forma en 2023.
Los expertos advierten que este tipo de consumo puede derivar en emergencias médicas, daños físicos y psicológicos, y mayor probabilidad de desarrollar trastornos relacionados con el alcohol.
Comprender las razones detrás de este comportamiento es clave para desarrollar estrategias de prevención más efectivas.