Un reciente estudio arroja luz sobre cómo un estilo de vida organizado y lleno de actividades puede beneficiar a quienes viven con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
La investigación, publicada en el Journal of Clinical Psychiatry, sugiere que períodos de alta exigencia pueden estar asociados con una mejora significativa en los síntomas, aunque no todos se benefician de la misma manera.
¿Por qué estar ocupado podría ser beneficioso? Durante su adolescencia, Abby Balderson, diagnosticada con TDAH a los 15 años, descubrió que su rendimiento académico mejoraba cuando complementaba las clases con deportes y otras actividades extracurriculares. "Cuando mi horario es más predecible, siento que mi TDAH está bajo control", explicó Balderson a The New York Times, quien a sus 44 años sigue utilizando estrategias organizativas para gestionar su día a día.
Según Margaret Sibley, profesora de psiquiatría en la Universidad de Washington y autora principal del estudio, las personas con TDAH suelen rendir mejor bajo presión.
La investigación, que siguió a 483 pacientes durante 16 años, encontró que tres cuartas partes de los participantes experimentaron fluctuaciones en sus síntomas.
A pesar de los hallazgos, los expertos advierten que la efectividad de mantenerse ocupado depende del contexto individual.
Craig Surman, del Hospital General de Massachusetts, señala que no todos los pacientes con TDAH prosperan bajo exigencias constantes.
La clave radica en alinear las actividades con las fortalezas y limitaciones personales.
Por otro lado, Douglas Tynan, psicólogo especializado en TDAH, destaca el papel de la actividad física. "Durante las temporadas deportivas, los estudiantes con TDAH tienden a manejarse mejor que en períodos de inactividad", explica.
Sin embargo, Tynan enfatiza que incluso las personas organizadas enfrentan desafíos con tareas repetitivas o tediosas.
Si bien la investigación ofrece pistas prometedoras, no está exenta de limitaciones. Las "exigencias ambientales" se evaluaron cada dos años, lo que deja sin registrar variaciones más frecuentes.
Además, no se exploraron habilidades adquiridas como el ejercicio regular o técnicas de organización que podrían haber contribuido al manejo de los síntomas.
Abby Balderson lo resume en una frase: "La clave es encontrar lo que funciona para ti".
Desde horarios consistentes hasta técnicas personalizadas, el manejo del TDAH parece depender de un equilibrio entre estructura y flexibilidad.