La historia de José Armando, el niño de Xalapa que a sus 14 años de edad decidió interrumpir su tratamiento contra el cáncer para disfrutar lo que le quedaba de vida, logró dar la vuelta y conmover a todo México.
El pequeño, que desde los 5 años de edad fue diagnosticado con leucemia, comenzó a hacerse viral en febrero de este año, cuando a través de las redes sociales, envió un mensaje a la población xalapeña para poder hacer realidad su sueño de tener una fiesta de cumpleaños.
Los habitantes hicieron su magia y, el sábado 24 de ese mes, llenaron su casa con regalos, globos, piñatas, payasos y una gran cantidad de gente que se unió para festejar con él.
La historia de José Armando, fiel seguidor del Cruz Azul, llegó hasta los oídos del club deportivo y varios jugadores le enviaron emotivos mensajes. Incluso, ‘La Máquina’ le decido el triunfo en uno de los partidos más importantes del torneo.
Sin embargo, la población de Xalapa y la afición del Cruz Azul se unieron en luto este martes 23 de abril, dos meses después de su cumpleaños, cuando fue reportado el fallecimiento de José Armando en el Centro Estatal de Cancerología ‘Dr. Miguel Dorantes Mesa’.
La decisión de José Armando de abandonar sus quimioterapias y dejar que el cáncer avanzara abrió el debate sobre el derecho a morir con dignidad. Para ello existen dos formas: la eutanasia y la ortotanasia. Pero ¿cuál de estas escogió el pequeño xalapeño?
Primero, hay que definir qué significa cada uno de estos términos. La eutanasia se da cuando el médico ayuda a morir a un paciente que tiene alguna enfermedad grave e irreversible, a través del suministro de un medicamento que produce la muerte sin dolor.
Mientras que con la ortotanasia se permite que la muerte ocurra a su debido tiempo; los médicos otorgan al paciente los cuidados y tratamientos para disminuir el sufrimiento, aunque sin alterar el avance de la enfermedad, por lo que, inevitablemente, la persona muere.
En el caso de José Armando, esta última opción fue la que se llevó a cabo, pues el menor decidió no seguir con sus quimioterapias, por lo que la leucemia continuó avanzando y deteriorando su salud, hasta finalmente provocarle la muerte.