Enclavado en el centro de la ciudad de Veracruz, el barrio de La Huaca se niega a morir pese al abandono de los gobiernos que han pasado, y sus habitantes se levantan cada mañana para enfrentar la vida con el trabajo y una sonrisa para los visitantes.
A partir de la calle Víctimas del 25 de junio, seguida por Manuel Doblado, hacia el sur, y cerca de la Iglesia del Cristo, se encuentra el barrio que ha sobrevivido desde la Colonia española, cuando se formó afuera de la Ciudad Amurallada y daba albergue a las personas que no eran bien vistas por los habitantes intramuros, pese a que ellos eran los trabajadores que sacaban adelante a la vida productiva del Veracruz antiguo.
La Huaca sobrevive con un caserío oculto estratégicamente en sus 28 patios de vecindad como La Favorita, Tanitos, San Nicolás, San Salvador e Hidalgo, entre otros.
Ya quedan muy pocas casas de madera y de lo que fue parte de la Ciudad de Tablas.Cuna de artistas populares como la célebre cantante Toña la Negra, hoy el callejón que lleva su nombre es el más conocido y representantivo, con las estatuas de Agustín Lara y Toña la Negra.
Sus habitantes combinan el trabajo que realizan fuera del barrio con la gastronomía los siete días de la semana, y allí se puede degustar desde las picadas rojas, verdes, de mole, hasta las gordas, empanadas y otros antojitos, mientras se respira el aire del barrio cercano al mar, con sabor añejo y la música tradicional que invita a bailar con el ritmo de la negritud que se enraizó al paso de los siglos, herencia de la esclavitud africana durante la Colonia española.
Sin embargo sus habitantes esperan más apoyo institucional para proyectar a La Huaca, que es un referente para los visitantes.
Les gustaría apoyo institucional para darle proyección a su barrio de ambiente vernáculo, y que el turista ves que Veracruz no sólo es playa y centros comerciales, sino también historia, gastronomía, música y tradición.
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