La reforma al Poder Judicial, una de las iniciativas más discutidas de la administración de Andrés Manuel López Obrador, ha puesto en el centro del debate público la transformación del sistema judicial mexicano.
La propuesta, presentada en febrero de 2023, incluye cambios profundos que afectan directamente a los jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Uno de los puntos más destacados de esta reforma es la elección de los ministros y magistrados, un proceso que cambiará el rostro del Poder Judicial.
La elección de los nuevos integrantes del Poder Judicial está programada para el primer domingo de junio de 2025.
Los ciudadanos elegirán a todos los ministros de la SCJN, dos magistrados vacantes de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), magistrados de las cinco salas regionales del mismo Tribunal y a los nuevos integrantes de un Tribunal de Disciplina Judicial.
La elección de 2025 no solo abarcará los cargos de la SCJN. También se elegirá a los integrantes de los Tribunales Electorales y del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial, que tendrá la responsabilidad de supervisar la conducta de los jueces y magistrados.
A nivel más regional, se decidirán los puestos de magistrados y jueces de Circuito y Distrito, aunque en este caso, el proceso será escalonado, y solo se renovará la mitad de estos cargos en 2025.
Para los jueces y magistrados de Circuito y Distrito, el número de candidatos será menor. Cada poder podrá postular hasta dos personas por cargo.
Una de las principales incógnitas sobre esta reforma es si los actuales jueces, magistrados y ministros podrán postularse en las nuevas elecciones.
Aquellos que estén en funciones al cierre de la convocatoria tendrán el derecho de participar sin necesidad de pasar por una evaluación previa, garantizando así una continuidad en el ejercicio de sus cargos.
Sin embargo, si no resultan electos, deberán abandonar su puesto cuando las nuevas autoridades tomen protesta, lo que marcará el final de su ciclo en el Poder Judicial.
Un aspecto fundamental de esta reforma es la evaluación de los candidatos. Para cada cargo, los comités técnicos seleccionarán a los 10 mejores aspirantes para los puestos de ministros de la SCJN y de las magistraturas del Tribunal Electoral y del Tribunal de Disciplina Judicial.
En el caso de jueces y magistrados de Circuito y Distrito, se seleccionarán a seis finalistas.
Una vez definidos los finalistas, se procederá a un proceso de selección mediante insaculación pública, es decir, una especie de sorteo que determinará quiénes serán los candidatos finales.
La reforma también introduce nuevos requisitos para ser elegible como ministro, magistrado o juez. Entre ellos, destaca la reducción de la edad mínima para acceder a la SCJN, que será de 35 años.
Una vez electos, los ministros de la SCJN tendrán un mandato de 12 años, mientras que los magistrados y jueces durarán 9 años en sus cargos.
La presidencia de la Suprema Corte será renovada cada dos años, en función de los votos obtenidos en la elección.
En el caso de los jueces y magistrados de circuito, tendrán la opción de ser reelectos de manera consecutiva una vez concluido su mandato.
La campaña tendrá una duración de 60 días, sin precampañas. Los candidatos podrán promocionarse en los tiempos oficiales de radio y televisión, pero no podrán recibir financiamiento público o privado para sus campañas.
Los partidos políticos tampoco podrán participar en el proceso, lo que busca mantener la independencia del Poder Judicial frente a intereses partidistas.