Aunque pareciera que la covid-19 empieza a volverse una enfermedad ‘casi’ común, las variantes del virus no dejan de sorprender a los científicos por los extraños cambios que presentan.
Este es el caso de las dos nuevas subvariantes de ómicron: BQ.1 y BQ 1.1, las cuales han sido bautizadas con el mote de ‘perro del infierno’.
Por lo pronto, y al haber sido detectadas recientemente, no se ha visto que haya una resistencia especial a las vacunas existentes, o que los síntomas difieran muchos de los ya conocidos. Aunque aún es pronto para decirlo.
De acuerdo con especialistas, estas subvariantes están comenzando a tener una mayor propagación en algunas regiones de Europa principalmente; ahí radica la preocupación, en la velocidad a la que se están detectando más secuencias en las personas que acuden a realizarse una prueba de covid y salen positivas al virus.
Y sí, como ya debes imaginarlo, el nombre ‘perro del infierno’ hace alusión a cancerbero, el perro de tres cabezas mascota del dios Hades, y cuya tarea es resguardar el Inframundo.
Por ahora, los informes (cada vez menos puntuales) de la Secretaría de Salud en México relacionados con la covid-19 no han registrado casos de las variantes ‘perro del infierno’ en el país.
Sin embargo, y al haberse registrado varios casos en países como España, Francia e Italia sería cuestión de tiempo para que esta subvariante de ómicron llegue a Norteamérica de cara al invierno, cuando muchas personas viajan y las enfermedades respiratorias están a la orden del día por las bajas temperaturas.
Al igual que con sus otros primos, la variante ‘perro del infierno’ presenta los siguientes síntomas:
Si bien muchos de estos síntomas son similares a los de un resfriado bastante fuerte, se pide a quienes los presenten acudir al médico y atenderse desde los primeros días.
Además de mantener las medidas sanitarias como son el lavado de manos, estornudo de etiqueta, el uso de cubrebocas y evitar aglomeraciones o espacios muy cerrados, así como el uso de gel antibacterial.