Donají, un pueblo ubicado en los limites de Veracruz y Oaxaca, y que pertenece al municipio de Matias Romero, en la entidad Oaxaqueña, volvió a huir de sus casas y refugiarse en Palomares, ante el temor de una explosión o intoxicación por una nueva fuga de gas, la segunda de gran peligro que se ha registrado este mes y que los mantiene en alerta desde el 12 de diciembre en que ocurrió el primer caso.
Las familias que se quedaron en la población, se reunieron en el salón social de la misma comunidad para dialogar con autoridades de petróleos mexicanos, de la Secretaria de gobierno de Oaxaca y las municipales de Matias Romero, a puerta cerrada.
Los pobladores decretaron que nadie salía hasta que se resolviera el asunto de la fuga de amoniaco, descubierta desde la mañana de este 28 de diciembre.
El miércoles, se percibió nuevamente el olor en algunas partes de está población, por lo que los hombres de la comunidad se presentaron al lugar de la falla donde grabaron evidencia de una fuga del gas, que salía de la tierra.
Todo esto mantiene el descontento de la ciudadanía, por lo que tomaron está acción de cerrar las puertas del salón social, para que ninguno de los funcionarios que se encontraban en la reunión, se retirará, hasta dar solución al problema que prevalece.
Petróleos Mexicanos envió un oficio donde será hasta el 5 de enero próximo cuando acudirán autoridades de esa dependencia para tratar el problema de fondo.
En tanto, familias de Donají volvieron a trasladarse a Palomares, donde posiblemente pasen el fin de año, pues el olor a amoniaco es fuerte y se teme alguna consecuencia fatal. La dependencia federal señala que la fuga no es de gran riesgo.