La pérdida de hábitat es la amenaza más crítica para la supervivencia de la luciérnaga en la mayoría de las regiones geográficas, seguida de la contaminación lumínica y el uso de pesticidas, aseguró Sara Lewis, profesora de biología en la Universidad de Tufts.
“Muchas especies de vida silvestre están disminuyendo porque su hábitat se está reduciendo”, dijo Lewis en un artículo publicado en la revista especializada Bioscience.
Un resultado sorprendente surgió de la encuesta realizada por Lewis: la contaminación lumínica es la segunda amenaza más grave para las luciérnagas, a nivel mundial, ya que la luz artificial en la noche ha crecido exponencialmente durante el siglo pasado.
Además de alterar los biorritmos naturales, la contaminación lumínica realmente arruina los rituales de apareamiento de las luciérnagas, explicó Avalon Owens, coautor del artículo.
Muchas luciérnagas dependen de la bioluminiscencia para encontrar y atraer a sus parejas, por lo que demasiada luz artificial puede interferir con estos intercambios de cortejo. Además, cambiar a LED energéticamente eficientes y demasiado brillantes no ayuda.
Los expertos también indicaron que a mayor parte de la exposición a insecticidas ocurre durante las etapas larvarias, porque las luciérnagas juveniles pasan hasta dos años viviendo bajo tierra o bajo el agua.