En Misantla, un municipio ubicado en el corazón de Veracruz, las emergencias relacionadas con el gas LP son cada vez más comunes, y el Departamento de Bomberos, liderado por el comandante Guillermo Amador Rodríguez, se encuentra en primera línea de respuesta ante esta creciente amenaza, en una entrevista reciente, Rodríguez compartió detalles sobre la situación y las causas de las fugas de gas, una problemática que afecta a la comunidad y que ha tomado una relevancia preocupante en los últimos tiempos.
"Mira, en específico, la mayoría de los reportes que atendemos son fugas de gas, seguido de enjambres de abejas y, afortunadamente, los incendios son mucho menos frecuentes en esta época", comentó el comandante Rodríguez, esta revelación destaca la prevalencia de las fugas de gas como uno de los principales riesgos que enfrentan los bomberos en su trabajo diario.
Guillermo Rodríguez explicó que las fugas de gas se han convertido en un problema recurrente en la zona, y gran parte de esta situación se debe a las condiciones ambientales del lugar, "el salitre que existe en la zona daña los tanques, principalmente los cilindros portátiles de gas LP, provocando óxido", indicó el comandante, este óxido, que generalmente se encuentra en el fondo del tanque, se ve exacerbado cuando los cilindros se colocan directamente sobre el suelo, especialmente en áreas con tierra, humedad o animales como perros que orinan sobre ellos, lo que provoca perforaciones que dan lugar a las fugas.
Sin embargo, el daño no solo proviene de las condiciones naturales, también existe una cultura arraigada que contribuye al problema, según Rodríguez, el rellenado incorrecto de los tanques de gas es otro factor clave, "muchas veces los tanques son rellenados considerando que están completamente vacíos, sin realizar las revisiones de seguridad pertinentes", explicó, las estaciones de carburación, que deberían llevar a cabo una revisión física del equipo y pesar los tanques durante el proceso de llenado, no siempre cumplen con estas medidas, el resultado: un sobrellenado que genera una sobrepresión en los cilindros, lo que provoca fugas de gran magnitud.
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Las cifras no son menores, según Rodríguez, el cuerpo de bomberos de Misantla atiende entre 20 y 30 fugas de gas al mes, un número alarmante que refleja la magnitud de la problemática, "es un número considerable que nos obliga a tomar conciencia de la importancia de mantener nuestros tanques en buen estado", afirmó el comandante, haciendo un llamado a la prevención y al buen manejo de los cilindros.
A pesar de que muchos de los incidentes están relacionados con los tanques portátiles, Rodríguez destacó que no son los únicos responsables, las instalaciones de gas en las casas y comercios también son un foco de riesgo, el uso de mangueras plásticas, que son más baratas pero no tan duraderas como las de metal, es una práctica común, lo que aumenta la probabilidad de fugas, "la manguera plástica no tolera mucho tiempo, se tuesta, se quiebra, y ahí es donde empiezan las fugas", explicó Rodríguez, además, los cofres, que a menudo se colocan sobre el suelo, son otra causa de problemas, aunque estos están recubiertos con malla metálica, el constante pisoteo puede romper la manguera en su interior, lo que también genera fugas.
Para mitigar estos riesgos, el cuerpo de bomberos ha tomado varias medidas, como la intervención rápida en caso de fugas graves, Rodríguez explicó que, cuando un tanque presenta un daño considerable, no es seguro dejarlo en casa, por lo que se retira y se resguarda en las instalaciones de bomberos bajo las indicaciones de Protección Civil Municipal.
Además, el comandante destacó la importancia de revisar periódicamente los cilindros de gas y las instalaciones para evitar accidentes mayores, en este sentido, el Departamento de Bomberos está llevando a cabo campañas de concientización en la comunidad sobre la necesidad de un mantenimiento adecuado de los tanques y las instalaciones de gas.
En Misantla, las fugas de gas son un problema que no puede ser ignorado, con la intervención oportuna de los bomberos y la colaboración activa de la comunidad, se puede reducir el riesgo de accidentes graves, la prevención, como siempre, es la mejor herramienta para proteger a las familias y a la comunidad en general.