Si tienes más de 30 años seguro que te acuerdas del Gansito, ese pastelillo de sabor vainilla cubierto de chocolate relleno de crema y mermelada de fresa que cuando éramos niños resultaba un manjar a disfrutar a la hora del recreo. Era uno de los postres más populares debido a que había comerciales donde lo promocionaban, además su precio era muy accesible y se acababa muy rápido a la hora del recreo.
Con el paso de los años su precio ha ido en aumento debido al proceso natural de la inflación, por lo que hace 30 años costana un peso con cincuenta centavos y hoy su precio varía entre 17 y 20 pesos según dónde lo compres. En la década de los años 70 tenía un costo de 80 centavos, ¡leíste bien!, su precio era muy por debajo del actual, pero eso no tiene que ver con la empresa, sino con el proceso inflacionario de todas las economías.
Así ha cambiado su precio:
Los que crecimos al final de la década de los años 80 y vivimos una infancia feliz en los años 90 gozábamos con un Gansito, nos alcanzaba perfecto para comprar uno en el recreo, y su precio no excedía los 2 pesos, con 1.50 pesos podíamos disfrutar ese manjar, que en el 2019 alcanzó un precio de 11 pesos.
Actualmente este 2023 el gansito alcanza los 20 pesos, en tienditas lo encuentras hasta en 21 pesos, y la explicación a ello es muy simple: el poder adquisitivo del peso ha disminuido mientras que la inflación ha subido, por eso hoy el dinero no nos alcanza igual que antes.
Eso también explica por qué a nuestra edad nuestros padres tenían casa propia, auto, dos o tres hijos y se daban el lujo de salir a comer fuera de casa los fines de semana y hasta les alcazaba para darnos "domingo"; era mucho más fácil adquirir bienes materiales que ahora, además con el paso de los años han cambiado los hábitos de consumo.
Otro ejemplo está en el precio del refresco que en 1990 costaba 5 pesos y ahora 12; el boleto del Metro en la Ciudad de México valía 1.50 pesos y ahora 5 por viaje, así que la inflación le pega a todo y a todos, pues aplica parejo sin importar las clases sociales, sólo que nuestros hábitos de consumo son los que hacen que tenga mayor o menor impacto en nuestra economía.
Para medir como cambian los precios a lo largo del tiempo se utiliza una canasta de bienes y servicios que usualmente consume el promedio de los mexicanos, pero no todos los precios se comportan igual, unos suben y otros bajan en mayor o menor cantidad. Esto se debe a que hay precios que son muy sensibles a diferentes causas, tales como: