La Máquina revivió en el momento oportuno y rescató un torneo desastroso para convertirlo en una oportunidad de disputar el título. Raúl Gutiérrez, contra todo pronóstico, lo hizo posible.
El 20 de agosto todo era ruina en La Noria, el 7-0 sufrido ante el América fue devastador para la directiva y sobre todo la afición, que exigió un cambio inmediato en su equipo. El uruguayo Diego Aguirre fue despedido de la dirección técnica con apenas diez juegos.
Subió de emergencia el 'Potro' de la Sub-20, viejo sabio del trabajo con juveniles y campeón del Mundo Sub-17, pero sin experiencia en Primera División. Cruz Azul apostó y ha resultado hasta ahora.
La defensa fue el principal problema a resolver, Gutiérrez transformó una zaga frágil con 25 goles encajados, en un bloque sólido que bajó el promedio de anotaciones recibido a 1.3 por encuentro. Y encontró en el veterano guardameta Jesús Corona, el delantero uruguayo Gonzalo Carneiro y el canterano Rodrigo Huescas, los elementos para liderar el renacimiento azul.
Cruz Azul regresó de una goleada escandalosa ante el máximo rival que coronó una racha de cuatro derrotas consecutivas, para cosechar cuatro de seis victorias, la más importante ante Pumas en Ciudad Universitaria. Cerrarán el torneo en casa ante Chivas, rival a un punto de distancia, jugándose la ventaja de local para la reclasificación.