Rendir informes gubernamentales no tan solo es una obligación legal, sino que moralmente deben cumplirse. De ahí que casi todos los titulares, sobre todo del poder ejecutivo, al tomar protesta ofrecen realizar algunas acciones durante los primeros 100 días de gobierno comparando las acciones realizadas en contra de lo ofrecido.
No obstante, mayoritariamente la ciudadanía percibe estos informes como acciones solo burocráticas.
Por lo tanto, a nivel gubernamental es fundamental medir el impacto que tiene la aplicación de los recursos y evaluar permanentemente la eficacia de cada área determinada.
Es por ello que algunos titulares de cada poder se les conoce como estadistas o visionarios, ya que no tan solo saben cómo y adonde aplican los recursos, sino que se deben imaginar lo que se puede lograr al aplicar x cantidad de recursos para que su impacto sea de gran calado.
Por lo tanto, la eficacia en las inversiones gubernamentales se miden más por su impacto que por su recuperación.
De ahí la importancia de las gestiones gubernamentales, ya que regularmente los montos por aplicar son tan elevados que su presupuesto no alcanzaría o están limitadas sus facultades legales, por lo que no necesariamente los espacios de poder deban ser ocupados por personas con logros académicos excepcionales, sino que deben estar al frente, mujeres y hombres, con visión de futuro y sensibilidad social, con la piel tan gruesa que les permita resistir todos tipo de cuestionamientos, de ahí viene la frase que dice: "lo que resiste apoya".
A este tipo de gobernantes se les debe calificar con visión de futuro, lamentablemente, este tipo de personas se evalúa el impacto de sus acciones regularmente tiempo después, al ser identificadas física y discursiva tan recurrente, que regularmente al término de su gobierno llegan tan desgastados que soy un convencido de que se deben saber retirar a tiempo, de ahí aquella canción que en una de sus frases dice: “sabia virtud de conocer el tiempo”.
Es por ello, que muchas personas que aspiran a llegar al poder, durante su campaña dicen lo que la ciudadanía quiere escuchar; por lo tanto, siempre he dicho que no es lo mismo “ser borracho que cantinero”. En ese sentido el mensaje que se envíe al colectivo deberá ser muy cuidadoso para los que son cantineros, ya que los borrachos buscarán a toda costa descalificar por descalificar, sin propuestas tangibles, ni mucho menos argumentos factibles, lamentablemente esa es y será la política. ¿Usted qué Opina?