Imagen del Golfo 
FacebookTwitterYoutube
Imagen del Golfo
TIEMPO EN LA REGIÓN
21 de octubre del 2024
Imagen del Golfo
Imagen del Golfo
Por
Columna:

Sin fiscalización verdadera, crecen corrupción y simulación gubernamental

2020-10-06 | 07:43 a.m.
Diario del IstmoDiario del Istmo

Con raras o contadas excepciones aparte, consideradas ejemplos útiles para efímeras justificaciones, o convenientes entretenimientos. Desde siempre se caracterizan porque no denuncian, ni acusan. No procesan, ni castigan. A muy pocos o a nadie, ponen ante la justicia, para sancionarlos o mandarlos a la cárcel.

 

¿Para qué sirve ésta costosa burocracia encubridora y simuladora?

 

Por qué no realizan bien y a tiempo su trabajo, no cumplen ni hacen cumplir las normas vigentes; y, más bien, ellos también se caracterizan por su falta de transparencia, rendición de cuentas y evaluación.

 

Excepciones aparte, se le conoce como una burocracia elitista y aterrorizadora, cara e inútil, encubridora y corrupta.

 

Ante las condiciones imperantes y las situaciones prevalecientes, es previsible que se incrementen, exigencias de auténtica transparencia y rendición de cuentas, así como garantías de verdadera fiscalización y evaluación ciudadana y social.

 

Demasiados señalamientos y denuncias se acumulan y hacen historia y costumbre, del ineficiente y hasta delictivo desempeño gubernamental.

 

Conforme a resultados y hechos, urge ajustar a fondo definición, función y operación y alcances de elefantes blancos o circos de entretenimiento como las Contralorías, el Órgano de Simulación Superior ORFIS y el sistema zombi anticorrupción. Todos demasiado bien pagados, y siempre cuestionados, por sus nulos o intranscendentes resultados. Eso sí, todos con cargo al presupuesto.

 

Todo indica que es hora, de fiscalizar a los fiscalizadores.

 

¿Por qué sostener una cara e inútil fiscalización a modo, simuladora y encubridora, de entretenimiento y distracción? ¿Quién vigila a los vigilantes y fiscalizadores oficiales?

 

De ahí que también es necesario, repetir e insistir, que es indispensable dar su importancia y lugar a la participación y evaluación, ciudadana y social.

 

Todos a la báscula de la fiscalización y evaluación permanentes.

 

Para empezar, todo gobierno que asume sus responsabilidades, debe dar a conocer las condiciones en las que se recibe el cargo.

 

Esto es, comenzar por identificar con claridad qué reciben. Precisar en verdad, qué hicieron y qué no. Saber de logros y pendientes, de aciertos y errores; y desde luego, deslindar responsabilidades y culpabilidades en las pérdidas, daños, retrocesos que habrán de pagar presentes y futuras generaciones.

 

Inaceptable cerrar los ojos y hacer como que no pasa nada y todo va bien. Mucho menos justificar lo injustificable y resignarse o aceptar  ineptitud e ineficiencia como  hábito o costumbre; y crimen sin castigo, como normalidad.

 

Parte del cambio exigido, es no hacerles el juego a vividores y parásitos, malhechores y delincuentes, refugiados en las estructuras de seguimiento y control, vigilancia y fiscalización. Convertidos en cómplices y garantes de la impunidad, de renombrados intocables y reciclables expertos en proteger y esconder ineptitud, ineficiencia, corrupción y delincuencia gubernamentales.

 

Esos que cobran muy bien y han hecho un creciente negocio de lo que no funciona; aprovechándose de lo que fundamentalmente ha servido y sirve para encubrir, esconder o corregir a modo; los mismos que cuando no les queda de otra, siguen sin denunciar y probar que se debe castigar a los responsables y culpables, ampliamente señalados y conocidos por todos; los llamados fiscalizadores, que en lugar de cumplir con su deber, además de que encubren, protegen y obtienen beneficios propios, hasta llegan cínicamente a reconocer y exaltar la existencia de los problemas, para proponer y recomendar la creación de más instituciones, dependencias o burocracia en general, obviamente con cargo al presupuesto y nulos o mediocres resultados.

 

Fiscalizar, controlar, asegurar, auditar para remediar, corregir y reorientar a tiempo, para evitar o reducir daños y pérdidas es, por desgracia y en gran parte, una función pública ausente, convertida en muchas formas, solo de apariencia o entretenimiento, encubridora y hasta cómplice, en los gobiernos que ya han caracterizado la banca rota, quiebra, insolvencia o latrocinio de sus administraciones y finanzas públicas, cada vez más y más comprometidas y perjudicadas por generaciones.

 

LATROCINIO PRESUPUESTAL Y FISCALIZACIÓN DEL “TIO LOLO”.

 

Al cuestionado manejo de los recursos públicos, en donde ineptos y corruptos hacen de las suyas y se benefician, hay que agregar el uso y abuso de las atribuciones institucionales; y también, la inactividad y complacencia, la perversidad y arbitrariedad de los presuntos responsables en cargos oficiales.

 

Ridículas y costosas negaciones de la realidad, manipulación de hechos y verdades a medias. Todo para no enfrentar a fondo y en forma, los graves problemas. Mediocridad e ineptitud van de la mano con delincuencia e impunidad.

 

Imposible ignorar o minimizar, las repercusiones inmediatas, que se reflejan ya, en las quebrantadas y saqueadas finanzas gubernamentales de todo tipo.

 

En el caso de las estatales y municipales, urge negociar y gestionar mejor, para obtener más. No esperar que la federación lo haga todo, que rescate o incremente presupuestos de todos, cuando sus finanzas están en serios y peores aprietos, y deben someterse a severos y urgentes ajustes. Sobre todo, ante una nueva realidad más compleja y adversa, empeorada por crisis financiera internacional.

 

Se debe actuar rápido y con efectividad, integral y consistentemente, contra ineficiencia, delincuencia e impunidad. Importante alertar, a tiempo sobre insuficiencias, desviaciones, endeudamiento que debilitan la política económica y social; porque también aumentan limitaciones y sacrificios, protestas e inconformidad social. Habrá más resistencia y desobediencia civil.

 

EL NEGOCIO DE ENDEUDAR, CONCESIONAR Y PRIVATIZAR

 

Y la historia se repite. Miles de millones de pesos malversados, desaparecidos, despojados y, lo que es peor, endeudados.

 

Y claro, también hay que mencionar otra frecuente forma de asalto, donde otros miles de millones, son trasladados a concesiones y privatizaciones.

 

En fin. ¿Dónde termina lo presupuestado?¿Cuál es el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a funcionarios ineptos o mediocres con elevados y ofensivos sueldos, más beneficios especiales?

 

Por lo pronto, “La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) publicará una guía anticorrupción para sujetos en actividades propensas a lavado de dinero…”

 

*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH. Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez

Más columnas

José Luis Enríquez Ambell

Café de Mañana

Columna: La anticorrupción y el buen gobierno

Luis Alberto Romero

Hora Cero

Columna: Lobeira: reconocida, pero en la mira del Orfis

Fernando Vázquez Rigada

Podredumbre

Columna: Podredumbre

Maquiavelo

Se dice que...

Columna: ¿Desaparecería el partido de la derecha?

Imagen del Golfo

  • Lo último
  • Lo más leído
Imagen del Golfo
Imagen del GolfoImagen del Golfo

Facebook Imagen Del GolfoTwitter Imagen Del GolfoYoutube Imagen Del GolfoYoutube Imagen Del Golfo
NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México