En todos los años que tengo de practicar este bello oficio del periodismo, nunca he conocido a un dueño de un medio impreso o audiovisual en México que sea periodista y esa es la gran diferencia del porqué del manejo manipulado de las noticias ya que solo obedecen a los intereses del propietario.
Hubo sus excepciones como los casos de Julio Scherer en Excélsior y un corto tiempo Manuel Buendía en la Prensa, pero en los dos casos se trataba de cooperativas donde todos los socios eran los propietarios.
Por eso no fue una sorpresa el trato que le dio el nuevo dueño de la Televisión Azteca, Ricardo Salinas Pliego, cuando corrió a Carmen Aristegui y Javier Solórzano que conducían el noticiero de la mañana de la televisora Imevisión antes que pasara a propiedad del dueño de las tiendas Elektra y del Banco Azteca.
Da vergüenza el comentario que le hiciera a la conductora de espectáculos Paty Chapoy, cuando expuso sus motivos para correr a los periodistas, es la mejor muestra que dichas personas lo único que ven es el negocio, Salinas Pliego afirmó que sacó de su televisora a Carmen Aristegui porque “se estaba yendo pa’l monte y no iba a dejar que me comprometieran a mí y a mi proyecto. Ella, ahora me ama porque tiene a muchas personas a quien jeringar, Pero como ves estoy muy preocupado por su opinión”, dijo en tono sarcástico.
Pobre de Javier Alatorre que tiene tantos años en esa empresa y conocer el pensamiento y la actitud del propietario de dicha empresa, que ahora tiene que pagar impuestos y no como antes que se los condonaban o se los devolvían.
Para estos dueños de medios que los manejan como los tradicionales hombres de negocios, lo de la libertad de expresión no existe dentro de sus cerebros.
Conociéndolos es cuando se comprende el justificado enojo que tiene el presidente López Obrador con los dueños de la gran mayoría de los periódicos como los casos de Reforma, El Universal, El Financiero, etc, etc.
El tema de la gubernatura de Veracruz y el concepto que le diera el presidente López Obrador sobre la candidatura de Rocío Nahle le ha dado cada quien interpretaciones de acuerdo a sus conveniencias.
El haber ratificado el mandatario su calidad de veracruzano creo que se le debe dar una especial importancia y al parecer no está de acuerdo en modificar la constitución local como si se tratara de un capricho del gobernador y los miembros del congreso que solo acatan disposiciones y no presentan ningún alegato como debiera ser en su calidad de representantes del pueblo.
Como una variante de ese tema, no se le ha dado la debida importancia a la presentación del secretario de Educación, Zenyazen Escobar, que poco a poco se ha convertido en el principal funcionario del gobierno de Cuitláhuac García dejando muy atrás el bajacaliforniano Eric Cisneros el secretario de Gobierno y a Juan Javier Gómez Cazarín, líder de la Jucopo en el Congreso local.
No se puede dejar al margen que el próximo candidato al gobierno estatal saldrá de una encuesta y el único que maneja a cerca de cien mil maestros es precisamente él, lo que le da una gran ventaja sobre los aspirantes del gabinete estatal. Ya se hizo presente en la Revocación del Mandato y en la marcha a favor de la reforma electoral.
El único que ha mostrado el músculo durante sus presentaciones es el diputado federal Sergio Gutiérrez quien cuenta con el apoyo definitivo del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, que puede colocar sus piezas.