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La reciente noticia de que México ha superado a China como el principal proveedor de bienes a Estados Unidos en el primer trimestre de 2023, en el cual México representó el 16.1% de las importaciones totales de EE. UU., mientras que el gigante asiático representó el 15.9%, esto es un recordatorio de la importancia de diversificar las relaciones comerciales. Aunque este cambio es notable y positivo, también plantea la cuestión de si México debería reducir su dependencia de Estados Unidos, especialmente en medio de la creciente inflación en la nación vecina y su guerra comercial en curso con China y Rusia.
Durante décadas, México ha mantenido una estrecha relación comercial con Estados Unidos, dependiendo en gran medida de su vecino del norte para las exportaciones. México en 2022 exportó a E.U. el 48.8% de todas sus exportaciones. Esta dependencia ha tenido sus ventajas, pero también sus riesgos. Estados Unidos está experimentando una inflación creciente, impulsada en parte por la disminución de la producción de petróleo y otros eventos geopolíticos. Entre ellos, la rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China que ha llegado a un nuevo nivel. Las acusaciones de China sobre problemas de seguridad con los iPhones pueden ser vistas como una respuesta a las sanciones de Estados Unidos a Huawei. La tecnología y los teléfonos inteligentes son áreas clave en esta guerra comercial, y China parece dispuesta a desafiar el dominio de los Estados Unidos. Esta inflación puede tener un efecto dominó en las economías cercanas, incluida la de México. La guerra comercial entre Estados Unidos, China y Rusia también podría tener efectos negativos en las exportaciones mexicanas.
El reciente aumento en los precios de la gasolina en Estados Unidos ha impulsado la inflación. Este aumento ha llevado a un crecimiento en las ventas minoristas, ya que los consumidores gastan más en combustible y otros productos. Sin embargo, este aumento en la inflación plantea preguntas sobre cómo Estados Unidos gestionará esta presión económica. Las sanciones de Estados Unidos a Rusia y la negación de tecnología a este país tienen un impacto más allá de las fronteras. Esto puede llevar a una mayor fragmentación del mercado global de tecnología y semiconductores. México debería considerar seriamente la diversificación de sus relaciones comerciales. Buscar nuevos mercados y socios comerciales podría ayudar a reducir la vulnerabilidad a las fluctuaciones económicas en Estados Unidos. Esto no significa cortar lazos con Estados Unidos, sino fortalecer la resiliencia económica.
Además de diversificar sus socios comerciales, México también podría considerar reducir su dependencia del dólar estadounidense. El uso de su propia moneda en las transacciones internacionales podría proporcionar una mayor independencia económica y una mayor estabilidad en un mundo en constante cambio, o quizá ¿aplicar a los BRICS?