Ah, Veracruz, tierra de jarochos alegres, danzones y una brisa que refresca hasta al más acalorado. Pero, espérate tantito, que el drama político también corre como el agua por el río.
Si creías que la Yeri Mua con su maquillaje de tres kilos o el Paponas peleando en Plaza Pulpo con su novia eran lo más trending en Veracruz, ¡pues te equivocaste, mi hermano!
Quien está por arrebatarles el primer lugar en los memes y los “laiks” es nada más y nada menos que Miguel Ángel Yunes Linares, el mismísimo exgobernador que ya ni necesita telenovela para tenernos pegados al celular.
Todo comenzó la semana pasada - que por andar en otros chismes no lo habíamos documentado- cuando don Miguelito, con una expresión de esas que no sabes si va a llorar o está rezando en silencio, llegó a la Cámara de Senadores el 10 de septiembre.
¡Y no! No fue para dar cátedra de política o para presumir su “mano firme” de la que tanto se ufanaba en sus años mozos. Llegó para dar su “traición anunciada” al PAN y votar a favor de la reforma al Poder Judicial.
¡Ah caray! Los panistas, como buenos jarochos enfiestados, le gritaban “¡Traidor!”, mientras que en la esquina contraria, los de Morena lo recibían con aplausos, como si Yunes hubiera anotado un gol en el último minuto.
Pero ahí no acaba el chisme. Porque, en medio de toda esta tragicomedia, don Yunes no podía ocultar sus nervios.
El “buen hombre”, que en otros tiempos hasta se daba el lujo de organizarle show de travestidos a Cuauhtémoc Cárdenas en el Café de la Parroquia en sus visitas a Veracruz, ahora llegaba con las manos temblorosas y la mirada más perdida que turista buscando un baño en carnaval. ¡Ahí sí que el sistema nervioso se le puso a trabajar horas extra!
Dicen los expertos que cuando los ojos se te abren como platos y las manos se sacuden sin control, no es porque estés recordando el son jarocho, sino que más bien es un combo de ansiedad y estrés.
¿Será que don Miguel ya estaba pensando en cómo iba a explicar su decisión a los compas del PAN?
Bueno, eso o estaba haciendo un gran esfuerzo por no parpadear más de lo necesario para que no le notaran el remordimiento en los ojos. Y claro, la banda de las redes no lo iba a perdonar.
Le cayeron como mosquitos en verano, sugiriendo incluso que padecía Parkinson. Otros, con ese humor jarocho que no perdona, decían: “No es la mano firme de la justicia, es la temblorosa de la traición”.
Y bueno, lo que no le temblaba era la lengua cuando le tocó hablar. ¡Que no se le quede nada guardado, por favor! Ahí salió a defenderse, a defender al hijo, y hasta a la mascota si hubiera podido.
Como ya saben se lanzó contra Marko Cortés, el líder del PAN, diciendo que su familia no tenía precio y que el voto era por el bien del país. Pero entre tanto discurso, no dejaba de ser evidente que la situación lo tenía más nervioso que cuando lo ligaban con la fuga del Chapo.
Ese Yunes que antes respondía con una calma pasmosa, ahora parecía estar navegando en aguas turbulentas.
Y si todo eso no fuera suficiente para dejarte con el ojo cuadrado, no te pierdas los videos que están rodando por ahí.
El primero, con Yunes entrando al Senado más tieso que una estatua de cera en Plaza Acuario, apenas reaccionando cuando una reportera lo sacó de su trance. En el segundo, ya de plano durante su intervención, sus manos seguían temblando como gelatina en plato hondo. A ver, ¿dónde quedó la seguridad de ese hombre que en otros tiempos lidiaba con escándalos sin despeinarse?
Al final del día, querido lector, no sabemos si Miguel Ángel Yunes se comió sus palabras, si el karma le llegó de repente, o si simplemente la política es un terreno tan traicionero como resbaloso.
Lo que sí sabemos es que ahora tiene más “views” que cualquier influencer local, y que los memes le están ganando al “Yunes de hierro” esa batalla del trending.
Y si algo hemos aprendido en Veracruz, es que la política, al igual que un buen café lechero, siempre sabe mejor con una pizca de humor.