‘Honestidad’ bajo sospecha

A mediados de diciembre de 2022, por enésima ocasión, el presidente López Obrador calificó al gobernador Cuitláhuac García como un hombre honesto.

“Tenía tiempo que Veracruz no tenía un gobernante honesto como Cuitláhuac, nada que ver con los anteriores, hagan un repaso, se los dejo de tarea, de los que han gobernado Veracruz en los últimos tiempos…”.

Un año antes, también en diciembre pero de 2021, el mandatario federal volvió a dar un espaldarazo al ejecutivo estatal; “le tengo toda la confianza”, dijo AMLO ante los cuestionamientos a García Jiménez por la detención del secretario técnico de la Junta de Coordinación Política en el Senado, José Manuel del Río Virgen.

Aseguró el presidente que por mucho tiempo, Veracruz había padecido de “gobernadores mediocres”, y que por primera vez se tenía “un gobernador honesto, íntegro, que es incapaz de llevar a cabo una injusticia en contra de nadie”.

Sin embargo, la fiscalía veracruzana no pudo acreditar la responsabilidad de José Manuel del Río, en el delito que le imputaron, por lo que el detenido quedó en libertad. Ganó un amparo tras otro hasta que la administración estatal no pudo retenerlo más en prisión.

El caso del funcionario del Senado encarcelado en Veracruz parece olvidado, al menos temporalmente… y así seguirá hasta que llegue el tiempo de ajustar cuentas para cobrar el agravio. Ha dicho Del Río que una acusación injusta le hizo perder seis meses de su vida; y con esa sentencia advierte que no es un asunto olvidado.

Los encarcelamientos de sus adversarios políticos, José Manuel del Río, Rogelio Franco, Tito Delfín y Pasiano Rueda, no es único tema pendiente del que tiene que preocuparse el ejecutivo veracruzano. La actual administración estatal parece dispuesta a coleccionar malquerientes.

Torpedo a la línea de flotación

Este sexenio vive su peor momento justo cuando está en el último tercio de su periodo.

Al quedar en evidencia los contratos millonarios asignados de forma irregular por las secretarías de Salud y Seguridad Pública, así como por el DIF, a una modesta empleada del gobierno, la quedó en entredicho la presunta honestidad del veracruzano, a la que en tantas ocasiones se ha referido el presidente.

Dieron en la línea de flotación los torpedos lanzados a partir de la información que consigna 39 contratos –adjudicación directa– por más de 100 millones de pesos a una supuesta empresaria que lo mismo vende computadoras que sillas de ruedas, insumos médicos, uniformes para policías, batas quirúrgicas y hasta gel antibacterial.

Hoy, el ORFIS dice que investigará el asunto; incluso, el gobernador tuvo que salir a declarar que se llegará hasta el fondo; que puede tratarse de una prestanombres o representante de alguna empresa;  y que no se tolerarán actos de corrupción; sin embargo, los contratos fueron firmados por la mujer y datan de 2019, 2020 y 2021.

El daño a la imagen del gobierno estatal de la 4T está hecho; probablemente Cuitláhuac García, como lo asegura el presidente, sea un hombre limpio, impoluto, honesto a carta cabal; pero la administración que encabeza ya fue manchada por ese escándalo de corrupción.

García Jiménez no está acostumbrado a señalamientos como el de los contratos irregulares con una empresa evidentemente fantasma; por eso se indigna y pierde los estribos cuando desde la oposición lo comparan con el exgobernador Duarte.

@luisromero85