La dictadura se impone dice el candidato a Senador por Veracruz del PAN, PRD y PRI, Miguel Ángel Yunes Márquez. La guerra es entre la dictadura y la democracia.
“No les tenemos miedo” agregó el exalcalde de Boca del Río en su discurso este domingo, al referirse a una “persecución judicial” en su contra.
“Desde aquí –Boca del Río- les mandamos un mensaje a Cuitláhuac y a quien le ordenó esta persecución: con nosotros se equivocan, no les tenemos miedo a sus amenazas, a su persecución y a la cárcel”, expresó.
Y agregó: “Que escuchen bien los autores y ejecutores de la amenaza, sabemos bien quiénes son y qué quieren hacer. Nos defenderemos con todo, con todo y en su momento, les revertiremos lo que hoy están haciendo”.
El abanderado que busca llegar a la Cámara de Senadores ha lanzado esta advertencia en lo que comúnmente se conoce como “amarrarse el dedo” o en el argot judicial “victimizarse” a fin de que ante cualquier posibilidad de una orden de aprehensión sea capitalizada con anticipación en su objetivo político.
Es decir, vacunarse, y lanzar la interpretación de que es el objetivo de una supuesta persecución, para buscar elevar votos.
Llama la atención que también señala que “les facilitaré su intención mandándole mi agenda, para que me detengan en un mitin entre la gente” en una actitud retadora pero aún más grave, provocativa.
Obviamente esto sería muy tonto que se cumpliera, de existir alguna orden de captura en su contra, durante un evento masivo, pero pareciera que el panista Yunes Márquez le apuesta a poner en riesgo a su gente y rivaliza al jugar con un despertar la posible violencia.
Es sabido que es el estilo que los acompaña, pero victimizarse no abona en nada a la realización de un proceso electoral democrático.
Es de risa además escuchar o leer líneas como las de acusar de dictadura al gobierno en turno, cuando durante los dos años en que gobernó el PAN con su papá, el líder del clan, Miguel Ángel Yunes Linares, fue algo más que similar, y donde durante ese periodo, se realizaron múltiples detenciones de exfuncionarios en un evidente y claro revanchismo político.
Aquí, sin embargo, se contradicen al hablar de que existe una presunta “cacería judicial” cuando por otro lado, el mismo Yunes Linares señala que se ha o han cerrado los casos en su contra. O en este caso contra sus demás integrantes de la familia.
Pero dicen los que saben que un caso no puede darse por cerrado si no existe, ciertamente, una notificación de por medio, la cual es muy probable no la tengan los Yunes, pues esto significaría que efectivamente que las carpetas judiciales se han concluido.
Dichos procesos pues siguen vigentes si no tienen una notificación de que están “cerrados”, ¿será que a eso es a lo que temen y por ello hablan de posibles detenciones?
Y es que de ser así se estaría coartando el derecho a la víctima o al denunciante de hacer uso de una posible interpelación o recurso de impugnación.
El hecho es que se han declarado posibles perseguidos de la justicia, cuando el caso de Yunes Márquez, hoy candidato al Senado, tiene pendiente las citas en Pacho Viejo, al menos por dos ocasiones, en donde ha ignorado el llamado a declarar.
Si bien es cierto que el código penal no especifica que deban ser tres citatorios precisamente, el hecho es que el proceso sigue abierto y aunque fue hace tres años, tanto el juez como la fiscalía responsable estarían incurriendo en una posible responsabilidad por no hacerlo.
A Yunes Márquez y a su hermano, entonces alcalde del puerto de Veracruz, Fernando, se les acusó entonces en mayo del 2021 por delitos como falsificación de documentos, coalición y tráfico de influencias.
Hace unos meses trascendió que del equipo de Morena buscaban hasta por debajo de las piedras revivir dichos expedientes, ¿y será que se enteraron los mencionados panistas y por ello anden gritando a los cuatro vientos que les habrán de detener?