Todo fue culpa del equipo contrario, dijo un simpatizante del equipo que comenzó la hecatombe. Quizás se debió a la falta de vigilancia, dijo un policía que sólo se limitó a ver los golpes. La culpa la tienen las bebidas alcohólicas, dijo un enemigo jurado de la cerveza, tarde o temprano siempre despiertan al monstruo que vive dentro de uno. Fueron ellos, fueron los otros, siempre son los otros. La culpa no es mía, yo solo vine a ver el partido. Aquí solo hay un responsable: el calor. ¿No dijo la ciencia que el calor vuelve violenta a la gente? Los vegetarianos dicen que el culpable es el consumo de carne. Los pseudo intelectuales culpan a los bajos índices de lectura. Nadie que lea libros puede ser malo, según su inocente lógica, e insisten: si se hubieran quedado en sus casas leyendo, ninguna tragedia hubiera ocurrido. No, no, el verdadero culpable de todo es el Presidente. Él organizó la tragedia para distraernos de las otras tragedias, para que dejemos de hablar de los temas importantes. No, no, el verdadero culpable es el neoliberalismo, los gobiernos del pasado y los resabios de su corrupción. Las feministas dicen que aquello fue culpa del patriarcado, del machismo, siempre tienen que ser hombres los que agreden a los demás. Los creyentes responsabilizan a la falta de fe y la pérdida de los valores cristianos. Nadie que ame a la Iglesia es capaz de cometer crímenes, ¿cierto? ¿Cierto? Los ansiosos culpan a la lentitud del tiempo. Los políticos, a la infiltración del narcotráfico. Los periodistas, a los colores de las camisetas. Nada de eso, fueron los videojuegos, la contaminación, el ascendente de Urano, la CIA que quiere desestabilizar el país, la inminencia del lunes. Ya lo dijo Elena Garro, la culpa es de los tlaxcaltecas. Y si escarbamos un poco más, también podríamos culpar al sobrecosto de la cerveza, al ruido de las porras, a la avaricia de los patrocinadores, a la suciedad de los baños, a la falta de protocolo, a la mala educación de las juventudes mexicanas.
Cuando la culpa se reparte entre tantos, ¿quién es culpable realmente?
Yo no sé. Cada vez entiendo menos.
¿Será que la violencia no tiene una explicación sencilla? ¿Será que por eso da tanto miedo?
Y cuando se repita la barbarie, ¿quedará algo más para echarle la culpa?