La postulación de Ricardo Ahued, para ser secretario general de gobierno en el próximo gabinete de la gobernadora Rocío Nahle, tiene que ver con su trayectoria política de prestigio y honestidad en el servicio público con fama probada de incorruptible.
Con la experiencia de los años, el cariño por la tierra adoptiva y los muchos éxitos personales y profesionales de empresario en tierras veracruzanas, hablan bien de lo que será una designación acertada y correcta para la mayoría de los veracruzanos.
Con mucho sentido común y conciliación, se perfila fuerte a ser el hombre ideal para el cargo en dónde por primera vez en muchos años, no estará en la posición un improvisado, sino alguien que conoce a la gente de estas tierras.
Hablar de la larga trayectoria de don Ricardo Ahued, sería dar una larga lista de atributos y virtudes personales, pero lo mejor de todo es la confianza de la futura gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle en su persona y con eso basta y sobra, porque tiene también el reconocimiento de los veracruzanos.
También, es cierto en su mandato como presidente municipal de Xalapa, Ricardo Ahued, ha sido hábil y un decidido innovador y renovador de la obra pública, que ha tenido que cargar con el peso de las pasadas malas administraciones municipales.
Por eso, es que no hay nada que discutir en el debate estéril de siempre de detractores y enemigos gratuitos, por lo que a Ricardo Ahued, la gente le da su aprobación hasta con los ojos cerrados.
La honestidad y el prestigio de un perfil limpio le han acompañado siempre, por eso la gente está contenta y los que perdieron andan que no les calienta ni el sol de estos tiempos políticos.
Muchos miran al empresario como el lobo que hay que abatir, otros lo miran como la vaca que hay que ordeñar y muy pocos lo miran como el caballo que tira del carro. Winston Churchill. Ándale. Así las cosas.