Hay en esta vida quienes creen que las cosas son irreversibles y no cambiarán nunca. Si alguien llega a tener recursos suficientes para vivir con holgura, difícilmente aceptará que puede caer en la pobreza si no administra y cuida bien su patrimonio.
Lo mismo pasa con la democracia y la libertad.
Pueblos que a lo largo de su historia lucharon para ser libres, llegaron a confiarse tanto cuando lo lograron, que creyeron que dicha libertad era para siempre y no habría marcha atrás. Decían ufanos: “hacia atrás, ni para agarrar vuelo”.
La realidad es que la libertad y la democracia tienen que cuidarse y conservarse de manera permanente, porque forman parte de los bienes más preciados de cualquier nación y basta un pequeño descuido para perderlos.
Si analizamos la historia podemos encontrar cómo hasta países cuya población tenía un alto grado de cultura, democracia y libertad; bajo determinadas circunstancias escogieron gobernantes que con el paso del tiempo se convirtieron en tiranos.
Ahí está el caso de la Alemania del siglo pasado. Durante el nazismo el pueblo alemán sufrió las consecuencias de vivir bajo un régimen autoritario que terminó encarcelando y asesinando a sus opositores.
Algo similar pasó en Cuba. Fidel Castro y un grupo de seguidores iniciaron una revolución para derrocar al régimen dictatorial de Fulgencio Batista, quien llevaba 7 años en el poder, ofreciéndoles libertad y vida digna a los cubanos.
El resultado fue todo lo contrario. Los hermanos Castro se quedaron nada menos que 60 años en el poder, superando a otros dictadores. Varios millones de cubanos tuvieron que huir de su propio país, porque las condiciones de vida empeoraron bajo el régimen castrista.
En Nicaragua las cosas resultaron parecidas. Los sandinistas derrocaron al dictador Somoza, conquistando el poder. A la larga nada cambió porque el nuevo régimen, actualmente bajo el mando de Daniel Ortega, encarcela opositores y actúa con mano dura contra los disidentes. El pueblo nicaragüense sufre represión y la pérdida de su libertad.
Con distintas argucias y maniobras electorales Ortega no ha soltado la presidencia de ese país desde el año 2006. A la fecha acumula 18 años seguidos como presidente y va para largo su mandato, porque mantiene un férreo control sobre los nicaragüenses. Su esposa es la vicepresidente. Si él faltase, entraría la señora inmediatamente al relevo. ¡Qué bonita familia!
En Venezuela las cosas no andan mejor. La actitud del régimen actual ha provocado la salida al exilio de millones de venezolanos buscando mejores oportunidades de vida en otras naciones.
Bajo el gobierno de Nicolás Maduro el pueblo venezolano sufre represión, hambre, falta de empleo y sobre todo la pérdida de sus libertades.
De haber sido Venezuela una de las naciones más prósperas del continente, el socialismo bolivariano la convirtió en poco tiempo en un país donde abunda la pobreza y escasean las oportunidades.
Lo curioso del caso es que los dictadores que gobiernan los países mencionados llegaron en varios casos al poder mediante la vía democrática y ahora no quieren soltarlo. Hacen hasta lo indecible por conservarlo.
Tan pronto alcanzaron el cargo anhelado cambiaron la Constitución para hacer otra a su conveniencia que les permitiera seguir mandando. Controlaron al Poder Legislativo y al Judicial. Los convirtieron en simples comparsas del Ejecutivo. Se volvieron naciones de un solo hombre en el cargo máximo, donde éste hace y deshace de acuerdo con sus intereses personales, ideología política y estado de ánimo. Nicolás Maduro acumula a la fecha 11 años en el cargo de presidente.
En esos países, el equilibrio de poderes que debe existir en cualquier democracia, brilla por su ausencia.
Quienes llegaron al cargo con cierta dosis de legitimidad, incluso algunos por la vía democrática, terminaron haciendo todo lo contrario a lo que ofrecieron. Ahora, esos “libertadores” manipulan y tuercen los resultados electorales para mantenerse en el poder a como dé lugar.
Ojalá y los mexicanos abramos bien los ojos, no sea que por confiados e indolentes, nos vaya a pasar lo mismo.
¿No les parece a Ustedes?