La división y los pleitos que existe en Morena en el estado de Veracruz están peor que la que tienen con los opositores del PRIAN y la del desahuciado PRD de la política nacional.
Si se criticaban a las tribus del Sol Azteca, las de Morena es de todos contra todos y los vaticinios no puede ser más negativos a medida que pasan los días y la fatídica fecha de las elecciones está cada vez más cerca.
Sin la figura del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador el movimiento de transformación se paraliza y se desmorona. El guía natural que atraía a millones de personas en esta ocasión lamentablemente no figura en la boleta.
Los mexicanos son muy agradecidos y reconocen a su líder nacional por todo lo que ha realizado, grandes acciones en la que no tienen nada que ver los políticos locales, quienes están muy enfermos de soberbia con el único interés particular de tener el poder y el dinero que le pertenece al pueblo de Veracruz. Se les olvidó que el poder es prestado y hay que devolverlo.
Los grupos se empiezan a identificar como el del gobernador Cuitláhuac García, el del exsecretario de Gobierno Eric Cisneros, del subsecretario Eleazar Guerrero, exsecretario de Educación Zenyazen Escobar, el de la candidata Rocío Nahle, y los que faltan por surgir que son la gran mayoría, al no ser tomados en cuenta y hasta se sienten gravemente ofendidos.
Se sienten los veracruzanos engañados y traicionados. El primer gobierno estatal de izquierda que había levantado una gran esperanza, se derrumbó con los resultados.
Por lo pronto los del Verde Ecologista muy pronto van a pintar su raya, ellos continuarán a nivel nacional, pero en lo estatal tienen otros planes. Los del PT aguardan el momento adecuado para poner sus condiciones.
Cambiaron su particular estilo los aspirantes a un cargo de elección popular, en las campañas electorales del pasado eran sencillos, humildes, a todos escuchaban, querían ser amables y hasta simpáticos. Hacían compromisos y prometían lo que nunca iban a cumplir, pero eran agradables, se tomaban las fotos con todos los que las pidieran, se bajaban de los estrados para saludar de mano y hasta se aprendían los nombres de un número de asistentes para saludarlos.
Eran verdaderos actores de los escenarios políticos, se sabía de antemano que era todo un engaño y cuando llegaban al poder eran totalmente diferentes.
Hoy ya cambiaron no tienen que llegar al poder para enseñar su verdadera personalidad de prepotentes, con su enfermizo orgullo y de sentirse sobresalientes sobre el común de los humanos. Presumen de inteligentes y capaces y es precisamente de lo que más carecen y derrochan el dinero público lo que no les pertenece.