La comunidad trans de Veracruz continúa luchando por derechos laborales justos y acceso a servicios de salud dignos y de calidad.
Como parte de sus esfuerzos, trabajarán de la mano con legisladores locales para explorar los alcances de la Ley General de Acceso Integral a los Derechos de las Personas Trans.
La propuesta incluye el derecho a servicios públicos de salud, medicamentos, intervenciones quirúrgicas —totales o parciales—, tratamientos hormonales y procedimientos de rehabilitación que se alineen con la identidad autopercibida de cada persona.
Actualmente, la comunidad trans enfrenta grandes desafíos: una mujer trans en México vive en promedio apenas 35 años, significativamente menos que la expectativa de vida para el resto de la población, que alcanza los 79 años para las mujeres y 71 para los hombres.
Este reducido promedio de vida refleja las dificultades de acceso a servicios de salud especializados y la discriminación persistente que sigue enfrentando esta comunidad.
Aguas con los dueños de edificios abandonados, algunos convertidos en basureros y otros, peor aún, en guaridas de personas que inspiran más temor que la compasión que pretenden inspirar.
Esos sitios son además criaderos de cucarachas, ratas y toda clase de alimañas.
Y que no vengan con el cuento de que son menesterosos. Eso es falso y lo que sigue. Se apoderan de inmuebles en abandono y los vecinos no dicen nada, dizque para no meterse en problemas.
A ver si cuando les pase algo seguirán con su indiferencia que sólo beneficia a quienes viven fuera de la ley.
La instalación de un monumental altar de Día de Muertos por la agrupación "Boqueños de Origen" es un recordatorio conmovedor de la importancia de honrar nuestras raíces y preservar la memoria de quienes han forjado la historia de Boca del Río.
Este altar con 480 fotografías que representan vidas y recuerdos, no solo rinde homenaje a los que ya no están, sino que invita a la comunidad a unirse en un acto de respeto colectivo.
La procesión y el rosario, símbolos de devoción y tradición, son gestos que refuerzan nuestra identidad cultural y nos recuerdan que somos el reflejo de quienes nos precedieron.
Es reconfortante ver a ciudadanos, restauranteros y autoridades locales trabajar juntos para sostener un legado que no debe ser olvidado.