Llamó la atención la fotografía que subió este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador a su cuenta de Twitter, donde aparece en su despacho de Palacio Nacional con alguien que le está cortando el cabello. “Sólo Álvaro Cárdenas, mi peluquero de años, me toma el pelo”, escribió.
El mensaje, se presume, iba dirigido a alguien de su confianza que lo habría querido sorprender al tomar una decisión que obviamente no es de su agrado.
Algunos suponen que López Obrador se habría dirigido al economista Gerardo Esquivel, su asesor económico de campaña, al cual colocó al inicio de su administración como subgobernador del Banco de México. Y es que ayer el tabasqueño lo acusó de haberse convertido en un “ultratecnócrata” luego que éste lo contradijo en redes sociales, al asegurar que los 12 mil millones de dólares que entregará el FMI a México, no pueden ser usados para pagar deuda, como sugirió el mandatario.
“Estaba yo viendo a Gerardo Esquivel, que ya se volvió ultratecnócrata, diciendo: no se puede lo que plantea el Presidente”, refirió.
“No se puede porque no se quiere, porque con todo respeto son muy cuadrados; que se utilice ese dinero para pagar deuda”, insistió en su conferencia mañanera, recordándoles a los integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico que son servidores públicos y no empleados de grupos financieros.
A pesar de la cercanía que mantuvo con Esquivel en el pasado, el Presidente arremetió contras los economistas formados en escuelas donde solo enseñan a “proteger” a grupos de interés. “No les enseñan a proteger al pueblo, no saben del daño que causa la corrupción, esa materia no la llevan, esa asignatura.
No les enseñan sobre la importancia de la economía moral, no les enseñan que debe de haber progreso, pero con justicia”, criticó.
“No les enseñan de que lo más importante es que haya empleo y que haya bienestar. No les enseñan a que debe fortalecerse la economía popular. ¿Qué les enseñan? Pues cómo se permite que ganen cada vez más dinero los de arriba y lo ven normal”, recriminó.
Sin embargo, al conocerse la mañana de este miércoles la sorpresiva renuncia de Enrique Márquez como Director Ejecutivo de Diplomacia Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores, tras las polémicas por la remoción del escritor Jorge F. Hernández de la agregaduría cultural de México en España y el subsecuente nombramiento de la autora Brenda Lozano, ahora las sospechas de querer “tomarle el pelo” al Presidente se enfocaron hacia el canciller Marcelo Ebrard, a quien muchos colocan en segundo lugar en la lista de presidenciables de AMLO, después de la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum.
Y es que este martes la nueva funcionaria de la Cancillería fue linchada por los obradoristas más radicales al recordarle las críticas y burlas que publicó en las mismas redes sociales contra el Presidente y su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, aliada de Sheinbaum y cuyo tío, el embajador retirado Agustín Gutiérrez Canet, detesta a Ebrard.