La noche de este sábado 15 de septiembre sólo en dos de los 212 municipios veracruzanos los ediles no pudieron realizar la tradicional ceremonia del Grito de Independencia. Uno fue Tlaquilpa, situado en la sierra de Zongolica, y, el otro, Nanchital, en el sur del estado, donde la alcaldesa morenista Esmeralda Mora Zamudio enfrenta desde hace un par de semanas un creciente descontento popular por el anunciado proyecto del relleno sanitario regional que las autoridades estatales y federales pretenden ubicar ahí para depositar más de 600 toneladas diarias de desechos sólidos que genera la población de los municipios de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque, y que desde 1997 son arrojados en el tiradero a cielo abierto de Las Matas, el cual se ha convertido en un serio problema de salud pública.
La semana anterior, el gobernador Cuitláhuac García salió en defensa del proyecto del relleno sanitario regional y minimizó las manifestaciones de protesta, argumentando que sólo es un “grupito” de 200 o 400 inconformes, y que, aunque fueran 5 mil, tampoco representan la mayoría de los 20 mil pobladores que tiene esa cabecera municipal.
El mandatario pidió a los medios de comunicación “informar a la gente”para hacerla reflexionar en dónde van a poner su basura. “¿Se va a seguir tirando a cielo abierto?”, inquirió el Ejecutivo estatal, quien reprochó que los gobiernos anteriores dejaron ese tiradero a la presente administración, señalando que entre los que se oponen está una regidora del PRI que nunca le exigió al alcalde priista anterior por qué no se resolvió este problema.
García Jiménez sostuvo que se trata de un manejo político en contra de la actual alcaldesa de Morena y cuestionó: “¿Por qué no permitir una remediación del lugar con ese relleno sanitario al lado para comenzar a trasladar esa basura que alcaldes anteriores dejaron al abandono?”
Pero la crisis de gobernabilidad en Nanchital no sólo se debe al activismo de la oposición y a la supuesta manipulación de los medios de comunicación, sino también a la desinformación y discrecionalidad con la que han actuado las autoridades del estado y del gobierno federal encargados de este proyecto sanitario. Mismos errores que en 2019 hicieron abortar este mismo proyecto que se quiso imponer en el municipio de Chinameca.
Así, al menos, lo hizo patente la propia alcaldesa de Morena, Esmeralda Mora Zamudio, quien en un mensaje difundido el pasado fin de semana pidió que la recibiera el presidente Andrés López Obrador para hacer de su conocimiento que “desde que él nos anunció el proyecto federal en su conferencia mañanera, no ha aterrizado información oficial; ninguna información oficial nos ha llegado al pueblo de Nanchital por parte de las autoridades correspondientes o competentes”, señalando concretamente a la Semarnat y la Sedema, que, dijo, son “los que debieran de informar”.
Además, la alcaldesa morenista afirmó que “en mi gobierno no se ha otorgado permiso alguno, ni anuencia ni cambio de uso de suelo relacionado al relleno sanitario”, reiterándole al presidente “que detenga este relleno sanitario hasta que no se tenga informada a la ciudadanía”.