"Los países deben aumentar significativamente la capacidad de energía renovable, deben eliminar gradualmente todos los combustibles fósiles dentro de una estrategia para una transición justa y equitativa"
Antonio Guterres.
Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcanzarán su pico esta década, lo cual puede producir una “catástrofe climática”, advierte la Organización de Naciones Unidas.
A dos semanas del comienzo de la 28ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP28, en Dubái, Naciones Unidas presento un informe sobre el primer balance global del Acuerdo de París, este análisis examina los planes de los 194 países que han firmado el Acuerdo y alerta que los esfuerzos para que el calentamiento global se quede dentro de los límites más seguros siguen siendo insuficientes.
El informe es uno de los documentos de trabajo más importantes para la cumbre que arranca este 30 de noviembre, porque permite revisar la evolución de las medidas y promesas en la lucha contra el calentamiento global, y advierte que las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzarán su techo antes de que acabe la década. La conclusión principal vuelve a ser la misma que en ediciones anteriores, se están produciendo avances, pero no a la velocidad e intensidad requeridas para que el calentamiento se quede dentro de los límites de seguridad fijados en el Acuerdo de París.
Se estima que las emisiones globales en 2030 caerán un 2% con respecto a los niveles de 2019 si se aplican completamente los planes nacionales presentados en el marco del Acuerdo, que establece como objetivo central que el aumento de la temperatura media a final de siglo se quede por debajo de los 2 ºC respecto a los niveles preindustriales, y en la medida de lo posible por debajo de los 1.5 ºC. Sin embargo, los expertos indican que la aplicación completa de los planes nacionales actuales llevaría a un incremento de la temperatura de entre los 2.1 y 2.8 grados en el mejor de los casos el doble del calentamiento actual.
Por otro lado, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que, para cumplir la meta de los 1.5 ºC, las emisiones mundiales deberían caer un 43% en 2030 con respecto a las de 2019, muy lejos del 2% que contemplan los planes nacionales, para hacer posible la meta de los 2ºC grados, la reducción para finales de esta década debería ser del 27%.
También se destaca que la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles conducirá a una reducción de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero de hasta el 10% para 2030, además de generar otros beneficios ambientales y financieros.
Esto significa que la COP28 debe ser un claro punto de inflexión. Los gobiernos no solo deben ponerse de acuerdo sobre qué medidas climáticas más fuertes se tomarán, sino también comenzar a mostrar exactamente cómo llevarlas a cabo.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.