Ciudad de México | 2025-02-20
El último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) revela que las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) han aumentado un 11.4 % en los últimos 20 años, alcanzando un promedio mundial de 420 partes por millón (ppm) en 2023.
El incremento, impulsado principalmente por el uso de combustibles fósiles y actividades humanas contaminantes, ha puesto en evidencia la urgencia de tomar medidas globales para frenar el cambio climático.
¿Qué países lideran las emisiones de CO2? Un análisis basado en datos del Global Carbon Atlas de 2021, ilustrado por Visual Capitalist, muestra que solo unos pocos países son responsables de la mayor parte de las emisiones globales de CO2.
China encabeza la lista con el 30.9 % de las emisiones totales, seguida por Estados Unidos (13.5 %), India (7.3 %) y Rusia (4.7 %). México, por su parte, contribuye con el 1.1 % de las emisiones globales, ubicándose en el puesto 13 del ranking.
China, el mayor emisor, produjo 11,903 millones de toneladas métricas de CO2 en 2023, principalmente por su dependencia del carbón, que representa el 55 % de su energía total.
Estados Unidos, en segundo lugar, emitió 4,911 millones de toneladas métricas, con el transporte, la generación de energía y la industria como principales fuentes.
En 2023, México emitió 489 millones de toneladas métricas de CO2, lo que equivale a 3.52 toneladas por habitante.
Como parte de los Acuerdos de París, el país se comprometió a reducir sus emisiones a la mitad de las registradas en el año 2000 (396,714 megatoneladas), con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 °C.
Sin embargo, México enfrenta otro desafío crítico: la contaminación por partículas PM2.5.
Según un estudio publicado en Nature, el país ocupa el puesto 11 a nivel mundial en contaminación por PM2.5 y el 16 en muertes atribuibles a este tipo de contaminación, con un total de 340,000 fallecimientos anuales.
Las principales fuentes de PM2.5 en México son el sector energético, la industria, el transporte y el uso de carbón y biocombustibles en hogares.
La exposición a partículas PM2.5 está asociada con enfermedades graves como cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y cáncer de pulmón.