Ciudad de México | 2024-12-10
La relación entre el sueño y el ejercicio es compleja. Aunque el movimiento físico regular puede mejorar el descanso nocturno, los detalles como la intensidad, el horario y la frecuencia de las sesiones de entrenamiento pueden marcar una diferencia crucial, especialmente para quienes padecen insomnio crónico.
El ejercicio físico genera múltiples beneficios, entre ellos la reducción del estrés y el equilibrio hormonal.
Empero, en algunos casos, puede convertirse en un obstáculo para un sueño reparador. Según especialistas, actividades intensas como un medio maratón o entrenamientos de alta intensidad pueden elevar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura corporal, factores que dificultan conciliar el sueño.
Además, el aumento del cortisol, conocido como la "hormona del estrés", es común después de entrenamientos prolongados o aeróbicos intensos, lo que contribuye a una calidad de sueño deficiente.
Otros factores como el dolor muscular o las sacudidas nocturnas también pueden interrumpir el descanso.
El ejercicio moderado es un aliado para el sueño. De hecho, sesiones regulares de 30 a 60 minutos, como caminar o andar en bicicleta, suelen favorecer el descanso. Excederse puede resultar contraproducente. Realizar más de seis entrenamientos intensos a la semana puede aumentar el riesgo de insomnio.
El horario también es crucial. Un análisis reciente indicó que entrenar después de las 8 p. m. tiende a reducir las horas de sueño.
Por otro lado, los ejercicios de alta intensidad justo antes de dormir pueden provocar insomnio.
Christopher Kline, investigador de la Universidad de Pittsburgh, recomienda mantener horarios consistentes para las actividades físicas, preferiblemente en la mañana o la tarde.
Además, combinar ejercicios aeróbicos moderados con entrenamientos de fuerza ligeros, yoga o tai chi puede optimizar los beneficios para el sueño.
Ajustar la intensidad y la duración del ejercicio nocturno también puede ser efectivo: entrenamientos más cortos y menos demandantes tienen menor impacto en el descanso.
Adoptar hábitos de ejercicio regulares no siempre genera beneficios inmediatos para el sueño.
¿QUÉ HACER SI SOLO PUEDES ENTRENAR POR LA NOCHE?
Horarios recomendados: intenta terminar tu entrenamiento al menos 2 horas antes de acostarte. Por ejemplo: