La Arquidiócesis de Xalapa señaló que la Navidad nos mueve también a solidarizarnos con quienes sufren situaciones de dolor, miseria o hambre, así como con los más vulnerables, entre ellos los niños no nacidos, los enfermos, los adultos mayores, los migrantes y los desocupados.
"Nadie viene a este mundo por casualidad, la vida humana es un regalo maravilloso de Dios y, por lo tanto, toda vida es amada y dignificada por el creador. Para Dios no existen niños no deseados, él ama a toda vida que viene a este mundo", afirmó el vocero José Manuel Suazo Reyes.
Además, señaló que lamentablemente vivimos en una sociedad fragmentada, lastimada y dividida, por lo que el nacimiento de Jesús, por su parte, nos trae la concordia, "con su nacimiento se han encontrado el cielo y la tierra; en el portal de Belén cabemos todos. La vivencia de la navidad debe ayudarnos a superar todo aquello que nos divide como para buscar juntos el bien común, ayudarnos unos a otros creando mejores condiciones para vivir. Necesitamos cultivar la concordia".
Con el cuarto domingo de Adviento, señaló, se llega a la última etapa de preparación para la Navidad.
"La liturgia de la Palabra de este domingo (Lc 1, 39-48) destaca la figura de María de Nazareth. Ella es quien nos ha dado al mesías, ella lo ha esperado con un ferviente deseo y se ha preparado del mejor modo posible para recibir a su hijo Jesús, por eso la Iglesia católica nos la presenta como la gran figura y la corona del Adviento".
Destacó que en este mundo contemporáneo vivimos muy ocupados y distraídos en nosotros mismos o en nuestras cosas, con el riesgo de descuidar lo que da sentido a nuestra vida.
Se debe dedicar tiempo a los demás, a la familia, a los hijos, a los pobres, los inmigrantes, los descartados.
“Que la celebración de la navidad nos lleve a dar un lugar a Dios y a los hermanos. Nuestra vida se hace más difícil cuando uno se olvida de Dios. Que con esta Navidad dejemos entrar a Dios en nuestra vida y, al mismo tiempo, seamos constructores de paz”, finalizó.