El 10 de mayo tiene su origen de la mano con la lucha feminista. Cuando la lucha feminista pugnó por el derecho a la libre decisión de ejercer o no la maternidad, de poder usar métodos anticonceptivos, los grupos de derecha determinaron una fecha para romantizar la maternidad, como una manera de incidir en la conducta de las mujeres, refirió en entrevista para IMAGEN DEL GOLFO Yadira Hidalgo González, defensora de derechos humanos de las mujeres, integrante de la Red de Mujeres Feministas de Veracruz.
El tema de la maternidad es complejo, profundo desde la historia y en el mundo actual. La maternidad se ha romantizado, dejando en muchos casos de lado a la mujer como sujeta de derechos, y que entre esos derechos está la libre elección de tener hijos o no.
El tema tiene que ver también con el cuestionamiento en torno a las garantías para ejercer la maternidad.
En pleno siglo XXI, las mujeres tienen que seguir peleando por su derecho a decidir ser madre o no serlo, enfrentándose a estigmas sociales relacionados con roles impuestos por preceptos machistas, de género, y enfrentándose a falta de garantías.
No. La finalidad de la existencia de una mujer no es dar vida trayendo hijos al mundo. Sí, una mujer es plena no teniendo hijos. Sí, una mujer puede ser madre y también profesionista.
El problema es que sigue sin reconocerse el trabajo que implica el ejercicio de la maternidad, además de que no hay garantía de ejercicio de derechos para ser madre y profesionista-trabajadora en alguna empresa a la vez.
“El 10 de mayo siempre ha estado vinculado al movimiento feminista. Aquí en México se hicieron dos congresos feministas en 1916 y otro en 1922, en el estado de Yucatán; a partir de ahí hubo un movimiento de mujeres que empezaron, entre otras cosas, a hablar mucho de la decisión de tener o no tener hijos.
“En ese entonces se empezó a distribuir un folleto donde se les mostraba a las mujeres cómo utilizar métodos tanto de ritmo como también con medicamentos para planear sus embarazos”.
Pero eso lo vio muy mal la derecha y la iglesia católica; “entonces, a partir de 1922 se instaura el 10 de mayo como Día de las Madres, en el afán de contrarrestar esta situación que se desencadenó a partir del segundo congreso feminista en Yucatán”, refirió Yadira Hidalgo González.
Fu a través de un medio de circulación nacional como se lanzó la fecha para buscar poner en lo alto el tema de la maternidad, romantizarla y contrarrestar la movilización feminista por el derecho a elegir ser madre o no, y que comenzaba a tomar auge con el tema de la planificación y uso de métodos anticonceptivos.
Marta Acevedo, refiere Yadira Hidalgo González, es la historiadora feminista que ha hecho esta investigación, nos dice que el 10 de mayo ha nacido “para contrarrestar la lucha de las mujeres por sus derechos sexuales y reproductivos”.
El 10 de mayo y la lucha feminista tienen que ver; aunque están en polos opuestos hay una vinculación, acentuó la integrante de la Red de Mujeres Feministas de Veracruz (Remufever), y quien fue directora del Instituto Municipal de las Mujeres de Xalapa.
“Lo que busca el Día de las Madres es una romantización de la misma maternidad para convencer a las mujeres que eso es lo que hemos venido a hacer al mundo y que quien piense lo contrario está mal”.
Fue hasta la segunda ola del movimiento feminista, principalmente a partir de los años 50, 60, 70, cuando se vuelve a cuestionar esta situación y retoma auge el tema de la planeación de los embarazos de una manera más abierta, apuntó.
Hasta nuestros días, en pleno siglo XXI, continúa la lucha de las mujeres por educar en torno al derecho a elegir libremente el ser madre o no, pues se trata de una decisión personal, no de un fin natural ni religioso ni romántico en el sentido de que reproducirse sea la finalidad de las mujeres.
Ser madre o no es una elección personal. Ser madre no es la “realización de la mujer”. Ninguna mujer debe ser presionada para ser madre, pues ello implica violencia contra las mujeres.
“Todavía tenemos mucho qué hacer y también hay muchos obstáculos en torno al derecho de elegir ser madres o no”, destacó, al referir que, de la mano con este tema, está el acceso a la interrupción del embarazo, pues aunque ya es legal en estados como Veracruz, aún hay muchos aspectos por destrabar, incluso dentro del sector salud.
Actualmente, la actual y llamada cuarta ola feminista “que es en realidad un tsunami que ya nadie para, sigue pugnando por los derechos de las mujeres, entre ellos el sexual y reproductivo, el derecho a elegir ser madre o no (…) así como los derechos de las mujeres que deciden ser madres, trabajadoras, y las que hacen arduo trabajo al ser amas de casa”.
La lucha feminista plantea la necesidad de que la maternidad sea vista como algo político, esto porque tiene mucha incidencia en la manera en cómo se crea y se hace la ciudadanía. Esto tiene que ver también con el contexto en el que en general en el mundo no se garantizan condiciones para ejercer libremente la maternidad, no hay condiciones óptimas.
“Claro que la maternidad es política y creo que eso es lo que en esta época se está subrayando, todo lo que se hace y se espera a partir de la maternidad en un mundo donde no existen condiciones para que las mujeres ejerzan maternidad de manera libre, voluntaria y sobre todo que tenga una correlación con el ámbito laboral”.
Hasta la fecha, en ningún país en el mundo hay garantías para el ejercicio de la maternidad.
“Hay muy pocos que ‘apenas están empezando’ a poner en marcha políticas públicas que tratan de alguna manera de apoyar el ámbito laboral y la maternidad”.
Pareciera que en el siglo XXI, en el que tanto se habla de modernidad, las mujeres tienen que seguir eligiendo entre ejercer una carrera profesional o dedicarse a la maternidad si así lo desean; o bien, realizar ambas labores sin garantías para ello, “como si se tratara de polos opuestos”.
“Pero no hay avances porque la maternidad sigue sin considerarse como algo político; es decir, algo que sale del ámbito íntimo y familiar de las mujeres. Mientras se siga viendo como algo natural, instintivo, como parte de ser mujer, de una forma biologista o de mandato de género, va a ser muy difícil que las instituciones lo vean como algo que tiene que estar presente en el diseño y construcción de políticas públicas”.
Este es el reto actualmente en el tema de maternidad, el que haya garantías para ejercerla, y que se respete el derecho a elegir libremente ser madre o no, puntualizó Yadira Hidalgo González.
“Es necesario aprender a no romantizar ni idealizar la maternidad como algo que naturalmente se da en la vida de las mujeres (…) Hay que deconstruir esas narrativas que siguen obligando a muchas mujeres por mandato de género a ser madres, incluso cuando ellas no lo quieren”.
Hay pasos largos y consolidados, pero hay que seguir haciendo lo propio en el tema del derecho a decidir de las mujeres en torno a ser madres o no, así como en cuanto a las garantías para ejercer la maternidad.
Cuando una mujer es presionada o juzgada por su pareja, por su familia, por la sociedad, en torno a que “debe ser madre”, está siendo violentada psicológicamente. La violencia psicológica es grave, “aunque muchas veces las autoridades la desestimen”, advirtió.
En estos casos en que las mujeres reciben presión emocional y psicológica para ejercer la maternidad, las mujeres pueden pedir apoyo a las redes de las mujeres y también a las autoridades.
La mayoría del trabajo de defensa de las mujeres y sus derechos, recae en las propias redes de mujeres, “falta que las instituciones hagan su trabajo”.
La falta de garantías para el ejercicio de la maternidad tiene que ver con muchos temas complejos e inmediatos. El ámbito laboral y sus derechos es uno de los temas más destacados. Sigue habiendo mujeres que son rechazadas en un empleo o, incluso, despedidas por estar embarazadas.
“De que sigue pasando, sigue pasando”, deploró Yadira Hidalgo González.
“Hace poco supe de un par de casos que llegaron a otras compañeras de la Remufever, que esa es otra cosa que también hay que apuntalar: las activistas estamos haciendo el trabajo que el Estado no está realizando, estamos atendiendo, acompañando, canalizando caso, para que las mujeres puedan acceder a sus derechos”.
Se trata de dos casos de mujeres que fueron despedidas por estar embarazadas, eso a pesar de que la Ley estipula que esto no debe ocurrir, “pero se sigue haciendo, lo siguen realizando sobre todo empresas pequeñas o medianas que no son tan vigiladas”.
“Aquí lo que se recomienda es ir a la Secretaría del Trabajo y solicitar el apoyo para conocer cuáles son los derechos en este caso que se están violentando, dar parte a la Secretaría”.
Es muy importante que las mujeres se asesoren y conozcan sus derechos básicos, pues el desconocerlos es una puerta abierta para la violación de estos derechos, pronunció la integrante de la Red de Mujeres Feministas de Veracruz.
Es necesario defender los derechos, de lo contrario “las empresas dicen 'pues si nadie reclama, yo lo hago'”.
“Una mujer no puede no ser contratada en un trabajo, por estar embarazada, y mucho menos ser corrida de un trabajo si está embarazada”.
En pleno siglo XXI sigue faltando mucha educación, acciones institucionales y políticas públicas, no solo para respetar a las mujeres que deciden no tener hijos, o para garantizar el pleno ejercicio de la maternidad, sino educación sexual.
Y es que mientras se ve que, por una parte, cada vez más mujeres deciden no ser madres o no ser madres a edad temprana, por otra parte hay un incremento de embarazos en adolescentes, es decir, menores de edad que son madres.
El tema es complejo, pues en muchos casos de embarazos adolescentes hay de por medio violencia sexual, los cuales deben tener solución a través del sistema de salud, añadió Yadira Hidalgo González.
“Si a partir de una situación de violencia sexual una mujer llega a quedar embarazada, tiene derecho a partir de los 12 años, a interrumpir el embarazo, llegar a un centro de salud y decir que ha sido violentada y quiere terminar su embarazo, sin necesidad de que la acompañe de una persona adulta ni que tenga el permiso de su mamá o su papá, así lo dice la NOM 046”.
Pero hay otros muchos casos en los que las adolescentes no sufren ningún tipo de violencia, lo que hay es una falta de educación sexual.
Hay otros casos también, que se trata de que hay adolescentes que deciden ser madres para ganar una especie de permisividad de ejercer vida sexual, en otros buscan de esa manera salir del hogar familiar, incluso hasta por evadir situaciones de violencia intrafamiliar, comentó Yadira Hidalgo González.
“Incluso hay muchas adolescentes, y esto también es preocupante, que creen que están deseando el embarazo (…) Muchas veces tiene que ver con la violencia que viven en sus hogares, para salir de ello pero se convierten en mamás (…) Otras chavas lo hacen por querer validar su vida sexual, y se embarazan para poder hacerlo”.
Esto es preocupante y representa que hay que trabajar todavía con muchos estigmas y creencias en torno a la vida sexual. Es un tema de educación.
“Falta mucha educación sexual integral para que las chavas sepan que un embarazo tiene que ir ligado a un proyecto de vida, de lo contrario no va a ser algo que se pueda disfrutar. La maternidad que no se elige puede llegar a ser muy pesada”.
Es preciso incluir “ya por fin y de una vez, desde las primarias, la educación sexual integral, de lo contrario vamos a seguir teniendo, como hasta ahora, muchísimas adolescentes embarazadas, con embarazos no planeados o con embarazos deseados a partir de situaciones que no necesariamente forman parte de una decisión plena”.
Cada mujer tiene sus razones, su momento, sus ideales, su derecho a decidir ser madre o no. Todo debe partir de la educación y de la garantía de derechos para decidir, así como para ejercer la maternidad o no.
Hay mucho trabajo qué hacer todavía en torno a la educación sexual, el respeto a los derechos de las mujeres para elegir ser madre o no, y en torno a las garantías para el ejercicio de la maternidad, hizo hincapié la defensora de los derechos de las mujeres, Yadira Hidalgo González, en entrevista para IMAGEN DEL GOLFO.