En Veracruz, cada vez son menos las personas que hablan una lengua indígena, siendo el popoluca de Oluta el que está prácticamente al borde de la extinción.
Datos del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas revelan que en México existen 68 lenguas con 364 variantes dialectales, siendo el náhuatl la segunda lengua más hablada después del español, con un millón 700 mil hablantes.
Estados como Tlaxcala, Hidalgo, San Luis Potosí, Guerrero, Oaxaca, Colima, Durango, Tabasco y Veracruz cuentan con una amplia población indígena; sin embargo, en este último hay lenguas que poco a poco han dejado de hablarse, lo que podría ocasionar su desaparición en unos cuantos años más.
Victoriano de la Cruz, director del centro de lenguas indoamericanas ‘Yolitia’, señaló que, en el caso de Veracruz, existen 72 municipios con presencia indígena, como Rafael Delgado, Papantla, Tantoyuca, Tlachichilco, Zongolica, Mecayapan y Oluta, donde se hablan 14 lenguas.
“Está el náhuatl de la sierra de Zongolica, el de la huasteca veracruzana o el náhuatl del sur en Mecayapan”, explicó.
Tan solo el norte de Veracruz cuenta con más de 200 localidades indígenas; no obstante, únicamente en 20 de ellas se habla náhuatl de manera constante. Pero la lengua que se encuentra en mayor riesgo es el popoluca de Oluta, en el sur de la entidad, la cual prácticamente está por extinguirse.
De acuerdo con de la Cruz, en ese lugar ya solo existe una sola persona que guarda los conocimientos ancestrales. Su nombre es Diósgoro Prisciliano Aguilar, la última persona de Oluta que habla de manera fluyente el popoluca.
Del resto de los habitantes, solo una parte lo entiende, pero no puede reproducirlo, por lo que esta lengua podría desaparecer en unos cuantos años. Y el mismo destino vaticinó en las próximas décadas para el zapoteco, el mixteco y el náhuatl.
CASTELLANIZACIÓN, UN ‘LINGÜICIDIO’
Para Victoriano de la Cruz, la principal culpable de la pérdida de las lenguas indígenas es la política castellanizante, pues a un siglo de su implementación, no se ha llevado a cabo una inclusión de las lenguas nativas.
“Se está cumpliendo un siglo de la política castellanizante, donde el español se impuso en todo el territorio nacional; las lenguas se fueron dejando en desuso porque en las instituciones, desde su inicio, se trabajó poco el orgullo por la lengua.
“Lo que está pasando no solamente en México, sino a nivel internacional, es lo que le llamamos ‘lingüicidio’… y sabiendo que (las lenguas) se están muriendo, no se hace nada”, reclamó.
Indicó que, tras la castellanización, muchas personas dejaron de hablar sus lenguas y, actualmente, los jóvenes ya no las hablan pese a estar en territorio indígena, por lo que, de no fomentar su uso, estas estarían condenadas al olvido.